Sancti Spíritus, 14 nov (ACN) La incorporación de un grupo de niños en situación de discapacidad auditiva de la escuela Rafael Morales González, de esta ciudad, continúa enriqueciendo los cursos que desde la Casa Museo La Guayabera promueven el desarrollo de habilidades, el acercamiento a la historia y la cultura y la consolidación de conocimientos.
De acuerdo con Fidel Díaz, especialista en Conservación en la casona ubicada a orillas del río Yayabo y gestor por excelencia de este espacio que ha tenido por sede a otras instituciones, la iniciativa nació hace algunos años, casi con el inicio del proyecto La Guayabera en el emblemático barrio de Jesús María.
Sin embargo, con el paso del tiempo ha crecido y hoy tiene un impacto notable en pequeños con necesidades educativas especiales de los centros Rafael Morales González y Frank País, quienes también acompañan a Díaz y al equipo de la instalación cada miércoles y jueves en una aventura de constante aprendizaje.
Al decir de este promotor incansable de la cultura y las tradiciones, se trata de educandos con una sensibilidad muy grande, que tienen mucho interés por todo lo que se les enseña, sobre todo, por las manualidades y, a partir de ahí, se le van sumando otros contenidos.
Se les inculca el amor por lo tradicional, se les dan elementos para preservar una pieza de valor o cualquier otro objeto y eso, a su vez, les da sentido de pertenencia, subrayó.
Entre lección y lección, los niños tienen un acercamiento a la casa museo donde se preserva la mayor colección de la guayabera.
En la institución no sólo se conservan y exhiben prendas como la camisa que perteneciera al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución cubana, aquí hay además libros, obras de arte, detalló Fidel Díaz quien destacó que, de manera paralela, se potencia el vínculo con otros lugares de la zona.
Al estar ubicada en el área más antigua de la ciudad de 510 años de historia, destacó que la casa de La Guayabera está rodeada de inmuebles de alto valor patrimonial y de elementos identitarios como las calles de piedra o el puente sobre el río Yayabo, joya arquitectónica de la otrora cuarta villa.
Los cursos que muchos educadores y padres agradecen hoy tiene su génesis en el filial espirituana de la Sociedad Cultural José Martí y en sus inicios apenas incluía el textil.
Con el tiempo, en este espacio de luz se les ha enseñado a laborar con herramientas específicas, a organizar la mesa de trabajo, a adoptar todas las medidas para evitar accidentes.