Matanzas, 9 oct (ACN) La arquitectura enigmática de una construcción ubicada donde existió el cafetal Pura y limpia en el siglo XIX, cercano al asentamiento llamado Coliseo, trascendió en la Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas (OCCM) durante el programa asociado a la jornada Octubre Urbano.
Odlanyer Hernández de Lara, doctorante en Arqueología por la Universidad de Syracuse, en Nueva York, expuso este martes la información obtenida hasta el momento sobre el inusual sitio, en visitas efectuadas recientemente junto a integrantes del Grupo Guamacaro del Comité Espeleológico de Matanzas y de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre.
Parece a primera vista una cueva natural pero no lo es, se trata de una estructura subterránea tallada en la roca con un patio central a cielo abierto, al cual se accede mediante una escalera que baja a unos cinco metros de profundidad, explicó el investigador sobre el sitio al cual llegaron convocados por un tenente de tierra impresionado por el hallazgo en su finca.
Un muro del siglo XIX se ubica en el perímetro superficial, solo con un acceso a la escalera que baja al centro del patio y allí se abren cuatro vanos abovedados, tres de ellos parecen no estar terminados y poseen entre un metro y tres de profundidad, pero el cuarto abre a un salón de unos ocho metros de profundidad y este conecta a otro salón de aproximadamente cuatro metros, argumentó.
En el salón principal existe una columna en el centro, que parece sostener el techo de esa bóveda excavada; y en las paredes laterales se ubican nichos cuadrados de unos 25 centímetros de lado, detalló Hernández de Lara.
Al investigar, estimamos que el sitio se conecta con una tradición mediterránea que posee dos tendencias interpretativas para ese tipo de estructura, una es el uso como palomares, y la otra como columbarios, sitios funerarios para colocar las cenizas de los difuntos.
Por el sistema de drenaje identificado en la estructura, y por la existencia de agujeros redondos enfrentados que se pueden asociar a un posible andamiaje de madera para que se posaran las aves, estimamos que el caso que nos ocupa parece estar más asociado a la opción del palomar con la idea de obtener guano para la producción agrícola, opinó.
La hipótesis que proponemos para la edificación rompe con la idea de los palomares que tenemos en la isla por una larga tradición, hay imágenes del siglo XIX que muestran palomares similares a los que existen hoy, siempre construidos en superficie sin embargo este es diferente, y eso es lo excepcional del caso, destacó.
Es algo de lo que no existe otra referencia en Cuba, y no hemos encontrado similares en toda América; sí hay una gran tradición de ello en la zona del Mediterráneo, en España, Francia y Turquía fundamentalmente –añadió-, pensamos que pudo influir en Cuba mediante las migraciones europeas.
La construcción se ubica en la zona donde existió un cafetal llamado el Círculo o Pura y limpia, del cual encontramos referencia documental de existencia por lo menos desde 1840 hasta 1876, y es interesante que a partir de 1840 hay un declive significativo en la presencia de cafetales en Cuba sin embargo, este se mantuvo, resaltó.
Desde el punto de vista arqueológico, con la colaboración de Esteban Grau, destacado estudioso de la naturaleza, documentaron el espacio mediante fotogrametría en 3D, técnica que se apoya en la fotografía para crear un modelo del sitio en tercera dimensión, útil para hacer medidas y observaciones.
Trabajaron además con documentación histórica para obtener antecedentes sobre las construcciones similares en la zona del Mediterráneo y para indagar sobre el cafetal, todavía sin propietarios identificados.
Por su singularidad, prevaleció la recomendación para la Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas y el Centro Provincial de Patrimonio Cultural de registrar el sitio como espacio de significación para procurar su estudio y protección.