Camagüey, 27 feb (ACN) El Centro de Ingeniería Ambiental de Camagüey (CIAC) avanza en la ejecución de un proyecto que apuesta por el desarrollo de un modelo de gestión mediante el cual las empresas del municipio cabecera de la provincia transiten hacia la economía circular, bajo la premisa de producciones y consumos más eficientes.
Aprobada en octubre del año 2024, como parte del Programa de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial Sostenible, la iniciativa suma a la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (CITMA), el Centro de Información y Gestión Tecnológica (CIGET), la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, la Empresa Provincial de Recuperación de Materias Primas y la de Servicios Comunales.
Dentro de los valores fundamentales del proyecto destacan sus aportes al desarrollo municipal, pues permite la conexión de diferentes actores y empresas, principalmente de estas últimas, para que valoren, a partir del metabolismo propio, cuáles son sus subproductos y cómo esos residuos pueden ser aprovechados por otras entidades con el fin de ofrecerle un nuevo valor, y de esta manera llegar al principio de basura cero, defendido en el citado concepto económico.
Belkis González Barrios, jefa del proyecto y especialista para la ciencia en el CIAC, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que entre los resultados a los que apuestan se encuentran una solución informática, el modelo de gestión integrada del metabolismo empresarial, la tecnología de gestión integrada de ese último proceso, así como el servicio científico tecnológico, todos encaminados a la transición hacia la economía circular en la demarcación capital agramontina.
Agregó que cuentan con un logotipo que está en fase de registro, avanzan las distintas fases de la herramienta informática, y en abril venidero prevén realizar un curso con la Universidad de Camagüey, enfocado en capacitar al sector empresarial, en tono al tema Estrategias para fomentar una cultura de sostenibilidad en la sociedad y las organizaciones.
En cuanto al progreso de la solución digital apuntó que faltan otros dos laboratorios, o sea, encuentros donde se tratarán los requerimientos de los organismos decisores (Gobierno, CITMA, Oficina de Normalización).
El tercer laboratorio, dijo, sería en julio próximo, con las empresas del territorio cabecera, las cuales aportarán los datos de su metabolismo empresarial, precisó.
Como actor participa en el proyecto co-Lab Camagüey, con sus metodologías ágiles, y está encargado del prototipo y desarrollo posterior de esa idea, además de la capacitación sobre la misma, que basada en la metodología propuesta por el CIAC pretende gestionar la economía circular, para informatizar la administración.
Para co-Lab es de suma importancia formar parte de estas acciones, pues les posibilita materializar elementos de una idea innovadora, concebida por el laboratorio, acerca de la economía circular con una proyección más amplia, un enfoque distinto y la aplicación de tecnologías emergentes, aseguró Reynaldo Alonso Reyes, líder del Proyecto de Desarrollo Local.
Las organizaciones empresariales son las que mayor potencial de aprovechamiento tienen respecto a las oportunidades que brinda el modelo para la transición hacia una economía circular, desde el despliegue de infraestructura, equipamientos y servicios, hasta la habilitación de mecanismos de simbiosis industrial que transformen los encadenamientos productivos hacia la sustentabilidad.
A partir de tales certezas, transcurre el proyecto del Centro de Ingeniería Ambiental camagüeyano, que agrupa a entidades claves de la localidad, en busca de la aplicación de la economía circular, la cual requiere un cambio de visión empresarial, territorial e individual, y repensar la forma de producir y consumir, según valoró la especialista para la ciencia de la institución.
Hoy los impactos ambientales de la economía lineal, que es la predominante, están poniendo en peligro el crecimiento futuro y la supervivencia, al degradar el medioambiente y el calentamiento global, a través de ese modelo, centrado en extraer, producir, consumir y desechar.
De ahí que, a tono con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, Cuba ha adoptado una estrategia para la transición hacia la economía circular, en apuesta por una producción y consumo más eficientes y resilientes, capaces de generar valor, en ciclos continuos y regenerativos.