Camagüey, 19 abr (ACN) Gracias a los esfuerzos del Gobierno cubano regreso felizmente a mi país, afirmó Yailín Navarro Rodríguez, ciudadana de la provincia de Matanzas, al arribar al Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte Loynaz de Camagüey, como parte de la operación de retorno de cubanos varados en Haití.
Permanecí 54 días en esa nación, con mucha tristeza e incertidumbre pues no sabíamos qué iba a ocurrir con nosotros, sin embargo, comentó que en todo ese tiempo recibió una buena atención por parte de la dueña de la renta donde se encontraba, además del apoyo de la Embajada de Cuba en Haití y de la asociación de cubanos residentes allá.
Destacó que aunque estaban muy preocupados por el traslado, la travesía se realizó con mucha organización y seguridad, pues lo más importante siempre fue proteger la vida de los cubanos.
Comentó que en ocasiones anteriores había realizado viajes a Haití con fines turísticos, y en ningún momento de su estancia allá presenció actos violentos contra los cubanos, al contrario, expresó que en todo momento ha existido una favorable comunicación con ellos.
Yailín llegó a Camagüey, junto a otros 48 cubanos, en uno de los vuelos de la aerolínea Sunrise, y como al resto del grupo, la esperaban diferentes ómnibus habilitados para trasladarlos hacia sus provincias de origen.
Natal de Granma, Albert Borges Peña también reconoció que, aunque recorrieron zonas complejas, fue una trayectoria perfecta desde Puerto Príncipe, Haití, hasta el territorio agramontino, y agradeció a la dirección del país, después de 43 días por la oportunidad de volver a encontrarse con sus familiares y amigos.
Como está establecido, los pasajeros recibieron la quimioprofilaxis, un procedimiento que realizan los especialistas del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología para prevenir la entrada de enfermedades a la mayor de las Antillas, además de la pesquisa y el resto de los protocolos habituales que desarrollan el personal médico y aduanero.
Hasta el domingo 21 de abril se prevé continúen retornando otros grupos de cubanos varados en Haití, cuya cifra debe sobrepasar las 250 personas, como muestra de que en Cuba nadie queda desamparado ni ababdonado a su suerte.