Hacia el logro de la verdadera soberanía alimentaria que necesita el país dirigen sus esfuerzos productores de avanzada en Camagüey, como los hermanos Leonardo y Jesús Lezcano Capote, conocidos como "los mellizos" de Vertientes.
Ambos se dedican a los cultivos varios en el Área de Desarrollo Santa Rosa, donde poseen 75 hectáreas sembradas de plátano, yuca, calabaza, boniato, ají y frijoles, entre otras plantaciones.
El objetivo principal, asegura Leonardo, es abaratar los precios, y con esa premisa comercializan sus producciones en las diferentes ferias agropecuarias y en varios escenarios de la provincia.
La clave, afirma, radica en trabajar la tierra sin descanso, aprovechar todo el espacio disponible y garantizar la atención a los trabajadores para que realmente se comprometan con las labores agrícolas.
Aunque enfrentan carencias de todo tipo, fundamentalmente con el combustible, señala que bien temprano inician la faena, después de un traguito de café y el desayuno.
Los hombres, precisa, se sienten motivados, pues ellos no solo reciben una remuneración de 15 mil pesos mensuales, sino que también se benefician de los propios alimentos que producen.
Esta Área de Desarrollo, refiere Elvis Pérez Olivera, coordinador de Programas y Objetivos del Gobierno provincial, se encontraba infestada de marabú y hoy, además de mostrar favorables rendimientos en cultivos como la yuca y la calabaza, es de los terrenos que avanzan en la electrificación y en la recuperación de los canales y las cajas de agua para mantener el potencial de riego.
Agregó que Vertientes constituye uno de los municipios con mayores fortalezas para el desarrollo agropecuario de Camagüey, pues existen otros lugares de referencia en la producción de alimentos como el Área de Desarrollo Guayabito, Dos Hermanas, Santa Justa y la Vega, además de otras fincas en las que se aplica la ciencia para obtener los mejores frutos del campo.
En el conocido anillo verde de la ciudad homónima, el programa de la agricultura suburbana cuenta con fincas consolidadas como Villa Luisa, donde se cierran los ciclos productivos a través de una minindustria con capacidad de procesamiento de hasta cinco toneladas.
David Hernández González, productor de la citada finca, explicó que actualmente disponen de 12.42 hectáreas de tierras cultivadas, y entre las siembras que prevalecen mencionó la seis mil plantas de guayaba, mil 300 de mango y alrededor de 800 entre aguacate y mamey colorado.
Nos enfocamos, dijo, en aprovechar cada espacio mediante el intercalado de los cultivos, técnica que nos permite diversificar las producciones y alcanzar mejores rendimientos en las cosechas.
En esta finca, señaló, existen unas 107 variedades de frutas, las cuales a partir de contratos con la Unidad Empresarial de Base (UEB) Frutas Selectas se destinan al turismo, mientras que con la Empresa Filial de Conservas y Vegetales mantienen contrato de producción cooperada para el consumo social.
Colectivos como el de la Granja Agropecuaria Tayabito, perteneciente a la Empresa de Servicios a la Agroindustria Azucarera (Esazúcar), también destacan en el territorio por sus resultados en la producción de alimentos, dirigida a satisfacer las necesidades de autoconsumo.
Pablo Céspedes Jiménez, director de la referida entidad, aseveró que se trata de una finca diversificada, encargada de atender a los más de siete mil trabajadores del sector cañero-azucarero.
A través de lo que se produce en las 100 hectáreas con que cuenta la granja, remarcó, se garantizan los almuerzos de los obreros, con precios subsidiados, y se aseguran alrededor de 200 raciones diarias para cuatro centros de elaboración de comida criolla camagüeyana.
Destaca además la planta de procesamiento de harina de yuca, mediante la cual se conforman postres, croquetas, hamburguesas y otras ofertas, además de una máquina de extracción de aceite de ajonjolí.
La granja, resaltó, cuenta con potencialidades para continuar desarrollándose, pues posee plantas de pienso seco y de ensilado, una fábrica de raspadura y meladura, además de cultivos varios, más de 500 cerdos y una vaquería.
Aun sin satisfacer las necesidades de alimentación de los camagüeyanos, en esta provincia se impone a diario la voluntad de muchos productores que se entregan al campo con el único propósito de hacerlo más próspero, en tiempos en los que la carencia de insumos de todo tipo obliga a trabajar de sol a sol para impulsar producciones más variadas y menos costosas.