Aida Quintero Dip
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04 Marzo 2018

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Santiago de Cuba, 4 mar (ACN) Cada jornada por el Día de la Prensa cubana, que se celebra el 14 de marzo en honor a la fundación del periódico Patria por José Martí, en fecha similar de 1892, nos trae a la memoria la historia de una publicación que nació para juntar y amar.
Evocarla es estremecerse de nuevo con el verbo ardiente, apasionado y patriótico de nuestro Martí; es aprender un poquito más de su vigorosa obra, magisterio, ética y, sobre todo, de su periodismo.
Lo mejor es valerse de la ocasión para rodearse de estudiosos y amantes sempiternos de la obra martiana, quienes aprovechan el más sencillo de los encuentros para traer al Héroe de Dos Ríos a la vida con su vigencia plena, útil, necesaria.
Resulta oportuno nutrirse de la sapiencia de doctores como Israel Escalona o Damaris Torres, de la Unión de Historiadores de Cuba en la provincia, los cuales tradicionalmente disertan en torno a la trascendencia que el más universal de los cubanos dio a la faena periodística para servir a la Revolución.
O para destacar el empeño del Apóstol de la independencia como excelente comunicador que tenía conciencia de para qué y para quién escribía, tocando siempre las fibras más íntima del ser humano.
Con esos criterios coincide la periodista santiaguera Adis López González, quien defendió su ensayo En la infinita sensibilidad: donde vive el pensamiento y la acción, que sobresalió por el tratamiento poético al periodismo martiano y el análisis profundo del periódico Patria.
La colega subrayaba una frase que simboliza la verdadera dimensión del órgano: “Patria nace para juntar y amar y para vivir en la pasión de la verdad”. “Patria nace a la hora del peligro para velar por la libertad”.
Y es que Patria tenía el espíritu de José Martí, era parte de él, como el hijo amado en el cual volcó su amor infinito por Cuba.
Nada útil ni conmovedor faltó en sus páginas desde los valores que había que inculcar en las nuevas generaciones hasta los pormenores de la lucha en pos de la independencia de la nación.
Porque si a un plan obedecía el enemigo: de enconarnos, dispersarnos, ahogarnos…La respuesta tenía que ser -advertía Martí- también de altura: Apretarnos, juntarnos, burlarlos, hacer al fin la Patria libre. Plan contra plan.
Respeto extraordinario merece ese órgano que más que un periódico era la voz de Martí, convocando a la Guerra Necesaria, y logró éxito como ningún otro en la época por sus excelentes artículos y espíritu amigable y conmovedor, con énfasis en el trabajo por la unidad real y creadora.
Como herederos de Patria, cuya creación resume el concepto martiano de que el periodista es un soldado de las ideas, estamos en deuda con el legado periodístico del Héroe Nacional, no solo en la divulgación de sus ideas precursoras y enjundiosa obra política, económica, social, científica.
También, en la aprehensión y puesta en práctica de su magisterio en el ejercicio de un oficio que mucho puede aportar al perfeccionamiento de la sociedad, sobre todo, en tiempos de difícil coyuntura en que es vital la resistencia a una guerra que se nos hace a pensamiento y a pensamiento debe librarse.