Guantánamo, 9 dic (ACN) En tierras fértiles de Guantánamo, campesinos como Eulices Rodulfo Padilla, socio de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Lino Álvarez de las Mercedes, en el municipio cabecera, entienden que el verdadero éxito radica en enriquecer el suelo, del cual brota su sustento y el de la comunidad.
En su finca Los Mangos, en el Consejo Popular Santa María, opta por el uso de biofertilizantes, los cuales no solo nutren sus 2.57 hectáreas (ha) sembradas entre plátanos, hortalizas, limón, guayaba y otros cultivos, sino que también promueve un enfoque sostenible en la producción agrícola.
Eulices utiliza diversos biofertilizantes producidos por la Unidad de Ciencia y Técnica de Base del Instituto de Suelos Guantánamo (UCTB Suelos) y el más empleado es el humus de lombriz, rico en nutrientes y fácil de asimilar por las plantas, puesto que contiene ácidos fúlvicos y estimula el enraizamiento.
Cuenta con un pequeño centro de lombricultura, donde humedece el humus todos los días y lo aplica principalmente a la media hectárea de hortalizas que posee, cosecha cada tres meses cuatro toneladas y 20 toneladas al año, además, la materia proveniente del compost crea el humus lixiviado, que también ayuda a mejorar la estructura del suelo.
Menciona además que produce humus líquido, otro resultante, mediante una máquina, en la cual coloca un cuarto de humus en el tanque y lo completa con agua, pasados tres días aplica ese líquido en fertiriego a los cultivos.
Para Rodulfo Padilla, la UCTB Suelos de la provincia es fundamental, puesto que desde hace más de cinco años aplica los biofertilizantes de ese centro, el cual surgió como institución en 1973 para combatir la sequía y la desertificación, con un enfoque en la salinidad.
En el llamado Período Especial, innovaron con biofertilizantes producidos de manera artesanal, ante la escasez de fertilizantes químicos importados.
Adquiero a precios económicos el azotobacter (dimargón), el cual facilita la asimilación de nitrógeno y estimula el crecimiento vegetal y la fosforina, que proviene de la reproducción de bacterias que solubilizan el fósforo presente en el suelo en estado no asimilable y lo pone a disposición de los cultivos.
Esos componentes favorecen la formación de raíces y el crecimiento de las plantas, por tanto los aplico a 1.23 ha de plátano, en los primeros cuatro meses y realizo hasta cuatro aplicaciones; aunque también uso tricoderma, pero este último es del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) agrega.
Los productos son excelentes, le devuelven la vida al suelo y aportan muchos micros y macro nutrientes que hoy no tiene el país y que son fundamentales para la salud de la tierra; el Instituto de Suelos de Guantánamo produce niveles elevados de biofertilizantes con muy buena calidad, se los encargo como cliente y enseguida los preparan.
Sobre los resultados en el campo subraya que son favorables, se ve el cambio y hace gran diferencia en las plantaciones; eso no significa que el fertilizante orgánico sustituya a los químicos, pero son de gran ayuda y no voy a dejar de usarlos, enfatiza.
El también ingeniero agrónomo destaca los beneficios de la materia orgánica en comparación con los fertilizantes químicos; a diferencia de estos últimos, en los cuales las plantas lo solo absorben entre un 20 y 40 por ciento del potasio y sufren pérdidas de nitrógeno y fósforo por volatilización y lixiviación, los orgánicos retienen esos nutrientes y los ponen a disposición de las plantas cuando lo necesitan.
Eulices también cultiva 0.21 ha de limón y media ha de guayaba; al igual que pimiento, col, tomate, en los cuales no puede faltar su abono orgánico correspondiente; y también realiza con frutabomba posturas de cepellón, una de sus mayores alegrías, que refleja la seguridad y orgullo que siente al contar con su propio semillero.
El método de cultivo en bandeja (posturas de cepellón) ofrece múltiples ventajas, las plantas pequeñas pueden ser trasplantadas directamente al campo sin riesgo de sufrir daños, lo cuañ garantiza una mayor tasa de supervivencia y facilita la siembra en cualquier momento del día, manifiesta.
Norkis Ramírez Cremé, esposa de Eulices, participa activamente en el proceso del cultivo, son productores integrales que trabajan juntos para transformar su suelo y maximizar la producción y crearon un espacio donde la dedicación y el esfuerzo dan frutos abundantes.
Premios y reconocimientos por el arduo trabajo en agricultura ecológica y sostenible son muchos, como el Sello Agroecológico en 2012 y distinciones de vanguardias por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños en 2018 y 2020.
También ostentan el premio Triple Excelencia Nacional del Ministerio de la Agricultura, revalidado en 2010 y ratificado en 2016 por el Grupo Nacional de Agricultura Urbana y Sub-Urbana, gracias a sus excelentes resultados productivos.
Eulices, con las plagas controladas y sus manos llenas de tierra, algo habitual, nos muestra cada rincón de la finca donde prosperan las plantaciones con esfuerzo, dedicación y biofertilizantes, una triple alianza que motiva su camino por un ecosistema más equilibrado y sostenible o una agricultura responsable que respeta el medioambiente y maximiza la producción.