La Habana, 9 ago (ACN) Una exposición con 23 fotografías de Fidel Castro, visto por su hijo Alex, quedó abierta al público hoy en el museo de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en esta capital, y refleja los últimos años de vida del Comandante en Jefe.
Retrato íntimo, título de la muestra, exhibe a Fidel junto a personalidades que lo visitaron en la confianza de su hogar, y que fueron sus amigos, como Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, Ignacio Ramonet, periodista, y el fraile dominico Frei Betto.
También los encuentros del líder histórico de la Revolución Cubana con los presidentes de Rusia y China Vladimir Putin y Xi Jinping, respectivamente, y con Hugo Chávez Frías, entonces presidente de la República Bolivariana de Venezuela, aparecen en la exposición y constituyen un recuerdo de su padre, dijo Alex Castro.
La intención no es mostrar al gran líder revolucionario que es, sino al amigo, al anfitrión, al consejero que siempre tenía las puertas abiertas para brindar afecto y humanidad, comentó en exclusiva a la ACN el fotógrafo.
Junto a las imágenes se exhibe también la chaqueta, prestada por el museo de la Revolución, que llevaba puesta Fidel durante la reunión de Altos de Mompié, en la Sierra Maestra, los días 3 y 4 de mayo de 1958, donde se trazaron las estrategias, entre otros, para la preparación de las fuerzas rebeldes y el enfrentamiento a la ofensiva militar de la dictadura de Fulgencio Batista que se avecinaba.
José Pérez Quintana, director de la institución cultural que atesora la historia viva de la obra revolucionaria, agradeció al autor la trascendencia ética y estética de las piezas, la positividad de plasmar un instante en el tiempo de los momentos humanos que antecedieron el paso hacia la inmortalidad del Comandante en Jefe.
La muestra no solo es un tributo a uno de los hombres más grandes del siglo XX, sino la mirada bajo el lente atento y cercano de un hijo, y estará abierta al público de lunes a domingo en los horarios habituales del centro, a partir de las 10 de la mañana y hasta las nueve de la noche, después del Cañonazo.