La Bijirita trepadora y su conexión con Ricardito, un niño pinero

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ACN - Cuba
Ana Esther Zulueta | Fotos: cortesía de la fuente
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03 Enero 2025

Nueva Gerona, 3 ene (ACN) El lugar favorito de Ricardito es la finca de sus abuelos paternos, Ricardo y Ada, campesinos dedicados al cultivo de arroz, quienes viven en la comunidad rural de Julio Antonio Mella, a unos 30 kilómetros de esta ciudad cabecera en Isla de la Juventud.

   Cuenta la abuela Ada a la Agencia Cubana de Noticias que un día, estando en la cocina de la casa adonde le gusta ir al nieto en búsqueda de golosinas y jugos de frutas naturales una extraña ave decidió descansar de su atolondrado vuelo en el short del chico de cinco años de edad.

   ¡Mira, abuela! —exclamó el niño, señalando sus pantalones cortos—. ¿Cómo se llama este pajarito? Ada se acercó y observó al ave con interés. Nunca había visto una Bijirita trepadora tan de cerca. El pequeño pájaro parecía tranquilo y no mostraba signos de querer volar, relata entusiasmada. 

    “No lo sé, mi niño, pero parece que le gustas mucho”, sonríe.

   Le dije a Ricardito que debía ser un ave de paso porque nacida y criada en la zona de La Calabaza, nombre anterior al de Julio Antonio Mella, esta pinera de sepa que sobrepasa los 50 años de edad nunca había visto un ejemplar semejante, afirma.

   Y no se equivocó Ada, se trataba de una Bijirita trepadora (Mniotilta varia), un ave migratoria. La también conocida como el Rayapalo cría en Canadá y el este de Estados Unidos y prefiere invernar desde Perú hasta las Indias Occidentales, incluidos Cuba, Isla de la Juventud y otros cayos,  según refiere la literatura especializada.

   Realmente, mucho debió volar el avecilla desde el frío norte continental hasta esta parte del Caribe insular.

   Quieto y maravillado por la confianza de la Bijirita trepadora, Ricardito —desde la inocencia de sus cinco años— pensó que el pequeño ejemplar quizás quería agradecer la suerte de banquete que podía darse junto a otros alados en esa finca, donde los campos de arroz rodeados de arbustos ofrecían un festín de insectos y semillas.

   Pero fue el abuelo Ricardo, quien al ver la escena, se acercó y dijo: “Esa Bijirita trepadora debe estar muy contenta en nuestra finca. Aquí siempre hay comida y un lugar seguro para descansar”.

   Entonces el niño con amplia sonrisa decidió llamarlo "Amigo rayado" porque evidentemente se trataba de un ejemplar masculino. 

   La Bijirita trepadora mide 13 centímetros de longitud. El macho posee en la parte superior franjas negras y blancas, y en las partes inferiores franjas negras, visibles especialmente en el plumaje invernal cuando tienen la garganta blanca. La hembra se parece al macho en su plumaje invernal, pero es más opaca, con franjas en las partes inferiores. 

   Se les identifica fácilmente por su hábito de deslizarse alrededor de los troncos o ramas de los árboles y arbustos, generalmente con mucha actividad. También se les conoce como Bijirita blanca y negra o Rayapalo, nombres que reflejan su coloración y comportamiento habitual.

   Finalmente, comenta Ada que después de permanecer la migratoria unos minutos sobre el short de su nieto, no abandonó enseguida el lugar decidió entonces posarse en el piso de la cocina —momento que aprovechó para darle agua— y permitió que ese encuentro se perpetuara en imágenes, ahora testigos de la fuerte conexión simbólica entre los seres humanos y la naturaleza.