Yenli Lemus Domínguez | Foto: Archivo
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28 Octubre 2024

Matanzas, 28 oct (ACN) Camilo tenía la cualidad de la sonrisa y con ella desarmaba, aseveró el doctor Ercilio Vento Canosa, Historiador de esta ciudad, cuando Cuba toda recuerda al Comandante Cienfuegos Gorriarán a 65 años de su desaparición física. 

   Se puede reír de muchas maneras, las personas cuando ríen con la boca pero no con los ojos ofrecen sonrisa de compromiso, pero Camilo era todo sonrisa, era además un hombre que independientemente de su jerarquía de Comandante tenía una identidad de pueblo, destacó.

  Uno lo sabía parte de la jerarquía militar pero no en la distancia sino en la vecindad, opinó en conversación con la Agencia Cubana de Noticias el profesor Vento Canosa, cuya familia colaboró en la lucha clandestina para lograr el triunfo revolucionario en la isla.

  Yo recuerdo esa sonrisa de Camilo de un impacto tremendo cuando subió por la calle de Milanés con un fusil al hombro, en un caballo y con una flor encima del fusil -rememoró del verano de 1959-, una niña que estaba al lado mío gritó su nombre, y él se volvió y la saludó. 

  El 28 de octubre de 1959, con la mediación de una tempestad, desapareció el avión Cessna 310 en el que retornaba de Camagüey a La Habana el llamado Señor de la Vanguardia, pérdida que conmocionó al pueblo de la mayor de Las Antillas. 

  Cuando él desaparece fue un impacto tremendo, recuerdo que se dio una falsa noticia y aquí mismo en la calle del Medio salió la banda municipal celebrando que Camilo había aparecido; todo lo que se dispuso para localizarlo movilizó al país completo, aseguró.

   Había un sentimiento de dolor genuino, porque Fidel lo dijo muy atinadamente, Camilo es la imagen del pueblo, la contrarrevolución luego se da a la tarea de decir que con él se cometió un asesinato, cosa que más que imposible es una infamia, nadie inteligente puede pensar que eso era posible, enfatizó.

   La simpatía que tenía el pueblo por Camilo era extraordinaria -insistió el historiador-, precisamente porque tenía las características del cubano típico, bromista, y un coraje tremendo; tenía la cualidad de la sonrisa pero cuando se ponía serio, ¡se ponía serio!; había esa mezcla de las dos cosas que era un imán.