La doctora pinera Maritza Rosales Vega y su vocación de cuidar

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ACN - Cuba
Linet Gordillo Guillama I Foto: Yoan Pérez González
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20 Enero 2025

Nueva Gerona, 20 ene (ACN) A 32 años de graduada en Ciencias Médicas, la doctora Maritza Rosales Vega es un pilar fundamental en el hogar de ancianos de esta ciudad en Isla de la Juventud, donde su vocación se entrelazan con un profundo compromiso hacia sus pacientes. 

   Especialista en Medicina General Integral y Máster en Ciencias en Urgencias y Emergencias Médicas, Maritza ha encontrado en el cuidado de los adultos mayores su verdadera pasión.

   Detrás de cada anciano hay una historia, refiere a la Agencia Cubana de Noticias la doctora, quien no solo se ocupa de atender problemas de salud física, sino también de enfrentar la realidad emocional de muchos de sus pacientes. “A veces son vivencias emotivas, pero otras son desgarradoras, especialmente, cuando provienen de familias disfuncionales y no han recibido la debida atención”, añade.

   En su labor diaria, ella trabaja junto a un equipo médico multidisciplinario para abordar las necesidades de salud de los abuelos. Sin embargo, reconoce que la depresión es un problema recurrente entre ellos. 

   Dedico tiempo a escucharlos, a compartir con ellos, a motivarlos para que se integren a las actividades culturales y recreativas que promovemos, explica. Para esta profesional, es fundamental involucrar a las familias en este proceso, alentándolas a visitar a sus seres queridos y estar atentas a sus necesidades emocionales.

   Más que médicos, aquí somos también un poco confidentes, amigos y, especialmente, esa familia tan necesaria cuando la propia no los prioriza, afirma con convicción. 
   Esta conexión emocional no solo ayuda a mejorar la calidad de vida de los ancianos, sino que también le ha dado un nuevo sentido a su profesión.

   Maritza Rosales Vega se siente satisfecha al saber que su trabajo va más allá del alivio de dolencias físicas. “Estoy en el lugar correcto, no solo para calmar las padecimientos que traen consigo el paso de los años, sino también esos dolores del alma cuando es necesario”, concluye con una sonrisa.