La Habana, 27 dic (ACN) Los Gobiernos de Panamá y Cuba suscribieron este viernes un convenio que da continuidad en 2025 al programa de alfabetización basado en el método pedagógico de la nación caribeña “Yo sí puedo”.
Según informó la Cancillería cubana en su sitio, el documento que sienta las bases del programa conocido como “Muévete por Panamá” fue suscrito en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) por su titular Beatriz Carles y Víctor Cairo, embajador cubano en Panamá.
Luego de la rúbrica, Carles subrayó el interés de mantener esta colaboración iniciada en 2007 y que permite contribuir al desarrollo del capital humano y el bienestar de sectores vulnerables de la población.
La funcionaria adelantó que para el próximo año se prevé ampliar los alcances de la estrategia con recorridos por las comunidades para hacer coincidir la entrega de reconocimientos a los alfabetizados y también promover una mayor participación de voluntarios que enseñan a leer y a escribir.
Por su parte, Cairo destacó la posibilidad de firmar este acuerdo a nombre del Ministerio de Educación de Cuba, un proyecto que casi cumple 20 años y ha permitido en ese lapso alfabetizar a 83 mil 82 personas, de ellas el 73 por ciento mujeres, en cumplimento de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El diplomático antillano alabó además que, mediante este programa, las personas más humildes tienen la oportunidad de acceder a un derecho humano universal como lo es leer y escribir.
Esta colaboración, agregó, una de las más importantes en los nexos bilaterales, constituye la base de proyectos futuros y superiores de cooperación en áreas como la formación académica, el intercambio de recursos humanos y el desarrollo social de ambas naciones.
Actualmente 412 panameños reciben clases en diversos ambientes de todo el país con una mayor participación en las provincias de Chiriquí, Bocas del Toro, Colón, la Comarca Ngäbe Buglé y las regionales La Chorrera y Chepo, en esta capital.
El método “Yo sí puedo”, creado por la pedagoga cubana Leonela Relys y basado en la experiencia que aprovecha lo conocido (los números) para avanzar hacia lo desconocido (las letras), tiene una duración de siete semanas, donde los estudiantes reciben 65 clases teórico-prácticas hasta lograr familiarizarse con la lectoescritura.