Jardines del Rey, Ciego de Ávila, 3 may (ACN) La corporación CubaRon S.A. está presente en la XLII Feria Internacional de Turismo y lo hace no solo con su producto más reciente, el Ron 30 aniversario, sino con la espiritualidad y el simbolismo que el afamado líquido encierra.
Esa bebida fue solo el pretexto para dialogar sobre una tradición que es auténticamente cubana y que representa a la mayor de las Antillas ante el mundo: los saberes de los maestros del ron ligero cubano.
Salomé Alemán, primera maestra ronera del país, comentó que la historia del ron en Cuba está estrechamente ligada al desarrollo de la industria azucarera.
La tradición se estableció en 1862 y los productos se elaboraban en alambiques, que fueron las primeras destilerías, tecnologías que avanzaron con el tiempo, explicó.
Alemán comentó que desde esa fecha Cuba tiene un ron diferente al paladar, más suave, refinado y sensible que identifica en el mundo.
Santiago de Cuba es la cuna de esta bebida, afirmó la maestra ronera y detalló que luego esa práctica se extendió de Oriente a Occidente, donde se ha diversificado y se han creado nuevos espacios fabriles y productos.
Ese despliegue trajo consigo la transmisión de los conocimientos de los creadores y constituyen los antecedentes de lo que hoy llamamos el Movimiento de Maestros del Ron Cubano, anotó.
Es nuestra historia, nuestro legado y los maestros tenemos la responsabilidad de preservarla, estudiarla y de transmitirla porque no nos pertenece a nosotros, sino que nos ha sido entregada por herencia cultural, señaló.
La experta subrayó que el ron ha estado presente en cada uno de los momentos por las cuales ha atravesado nuestro país y se ha nutrido también de elementos históricos y folclóricos.
Expresamos a nuestros consumidores mucho más que un líquido, pues también está nuestra vida, cultura y el saber hacer, acotó.
El ron cubano tiene una forma diferente, tecnológicamente hablando, de hacerse, porque se basa en un aguardiente -obtenido de las mieles finales - que lo tipifica sensorialmente, apuntó Alemán.
Se utilizan los barriles centenarios que le aportan notas añejas y lo vuelven persistente en su aroma y sabor.
Desde 2016 los saberes de los maestros del ron ligero y los espacios fabriles poseen la condición de Patrimonio Inmaterial de la Cultura en Cuba, lo cual les permitió, con posterioridad, elaborar el expediente y resultar inscrito en la lista representativa de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que otorga la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en el año 2022.