La Habana, 12 dic (ACN) ¿Quién no recuerda el abrazo de Diego y David -protagonistas de "Fresa y Chocolate" - y sus manos en blanco y negro inmortalizadas en una imagen que ha recorrido el mundo?
¿Acaso ver tres hermosas mujeres cubanas en una pintura de arte popular no remite automáticamente a "Lucía"?
Esas y otras piezas artísticas identifican a la épica del cine cubano de todos los tiempos, motivo por el cual, desde mayo de 2023, el Programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) los consideró como un patrimonio universal.
Hoy, formalmente, Cuba recibió el diploma que acredita a sus carteles cinematográficos para engrosar esa prestigiosa lista y la ocasión no podía ser otra que la edición 44 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que por estos días transcurre en La Habana.
Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco, señaló que esas obras destacan por su belleza formal, impacto visual, eficacia comunicativa, y contribuyen a la educación de la audiencia cubana.
Lemaistre resaltó el compromiso que han sostenido con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) y la Cinemateca de Cuba mediante la salvaguarda y promoción del acceso a los documentos inscritos, incluso, antes de materializar el sueño de este Registro.
Explicó que el Programa Memoria del Mundo de la Unesco surgió en 1995 y cuenta con 494 documentos, fondos y colecciones de todas las regiones del mundo.
Se incluyen también el Fondo José Martí Pérez, los Negativos del Noticiero Icaic Latinoamericano, la colección Vida y Obra de Ernesto Che Guevara-desde los manuscritos originales de su adolescencia y juventud hasta el Diario de Campaña en Bolivia - y las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana del periodo colonial (1550- 1898), agregó.
La directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco explicó que el Programa Memoria del Mundo surgió en 1992 como respuesta a la pérdida del patrimonio documental mundial a causa de los conflictos armados, los desastres naturales y la obsolescencia tecnológica.
Estuvieron presentes en el acto Alexis Triana, presidente del Icaic; Luciano Castillo y Lola Calviño, director y vicedirectora de la Cinemateca de Cuba, respectivamente, y Dulce Maria Buergo, presidenta de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco.