La Habana, 13 nov (ACN) El Museo de Bomberos surgió en 2008 por iniciativa en esta capital de la Oficina del Historiador de la Ciudad que lo convirtió en tal institución desde su estación, considerada la más importante de La Habana Vieja e inaugurada hace 115 años.
También sirvió de sede de la primera escuela de su tipo que existiera en Cuba y donde se fundaron las Brigadas de Rescate y Salvamento, de acuerdo con historiadores del sector que evocaron la trascendencia de su muestra.
La colección contiene los elementos que componen el equipo personal de trabajo del bombero, los útiles y herramientas, camiones cisterna, bombas manuales, objetos diversos sobre la historia del fuego y fondos documentales.
Refleja, igualmente, detalles de los bomberos habaneros que perdieron la vida en un gran incendio en la ferretería Isasi, en La Habana Vieja, el 17 de mayo de 1890, un escudo en su honor y la lista de los fallecidos aquel fatídico día.
Además, la pintura mural en la pared posterior que escenifica el desastre ocurrido en 1890, y el Carro Bomba de vapor de tracción animal utilizado por los Bomberos Municipales (Ayuntamiento de La Habana, 1901).
Incluso, la maqueta de un coche bomba de principios del siglo XX y un extinguidor de tracción humana de 350 libras del siglo XIX. .
Este centro cuenta con un gran auditorio y organiza visitas guiadas y cursos de prevención, dirigidos especialmente para niños y jóvenes.
Los orígenes de su accionar datan de finales de 1696 en la ciudad de Santa Clara, donde los vecinos organizaron los servicios de extinción por los numerosos incendios que estallaban en sus almacenes.
Una primera formación de carácter voluntario se organiza el 13 de noviembre de 1696, detrás de la Ermita de la Virgen de la Candelaria, en esa ciudad, en la que adiestraban hasta a los esclavos en el llenado de agua en barriletes destinados al comercio de ron y miel, que hacían llegar al lugar del siniestro de mano en mano.
Aunque ese hecho marca el nacimiento oficial del Cuerpo de Bomberos en Cuba, cuando se celebra su día nacional, en junio de 1832 se fundó el primero de Santa Clara, que sería oficializado en 1856 por la Capitanía General, y en forma paulatina surgieron en otros lugares del país.
En el caso de La Habana su creación se remonta a 1835, por decisión del Capitán General Miguel Tacón e integrado por blancos, "pardos" y "morenos", que a su vez se agrupaban en brigadas de albañiles, carpinteros y herreros, y a los cuales se les llamó popularmente Bomberos Municipales y después del Comercio No. 1.
Un significativo progreso en las técnicas de extinción ocurrió el 6 de junio de 1865 con la llegada a La Habana de la primera Bomba de vapor, la cual era tirada por caballos para trasladar dos mil 700 galones de agua por minuto.
Pero la mayor catástrofe de la época ocurrió por noche del 17 de mayo de 1890, cuando se incendió el almacén de la ferretería de Juan Isasi, ubicada en la esquina de las calles Mercaderes y Lamparilla, en La Habana Vieja.
Allí perdieron la vida 38 personas, entre ellas, 25 bomberos, agentes del orden público, marineros y espectadores, con un saldo de numerosos heridos y mutilados.
Con la intervención estadounidense de 1902, disminuyó el entusiasmo de las personas que lo integraban y los problemas de dirección mellaron la seriedad y la disciplina, pero el 5 de febrero de 1916 entró en vigor la proposición de elevar su gestión al nivel del servicio.
En 1935 se instituyeron nacionalmente, bajo el nombre de Cuerpo Nacional de Bomberos, que abarcaba las entonces seis provincias, los ocho municipios de La Habana y solo 16 términos municipales correspondientes a otras regiones del país, aunque con débil desarrollo de la actividad preventiva.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, el 1ro. de enero de 1959, el Estado asume la dirección y se originan cambios en la organización, funcionamiento y objetivos del Cuerpo de Bomberos, lo cual posibilita la unidad e indispensable coordinación de sus servicios.
El Gobierno Revolucionario, el 18 de mayo de 1964, dictó la Ley 1156, que transfirió al Ministerio del Interior los servicios de prevención y extinción de incendios.
La decisión obedeció al incremento de los sabotajes organizados desde Estados Unidos en hoteles, círculos infantiles, centros comerciales y económicos, que provocaron múltiples incendios, numerosos muertos, heridos y cuantiosas pérdidas.