Guantánamo, 18 feb (ACN) Con el Taller Nacional de Cata, efectuado hoy en el Complejo Bayatiquirí, de esta ciudad, comenzó el XXXII Festival Nacional de Vinos Artesanales, enmarcado en la Semana de la Cultura Guantanamera, la cual se desarrollará del 18 al 24 de febrero.
El evento de vinicultores reunió a expertos y productores para intercambiar sobre aspectos clave de la popular bebida como el color, aroma y sabor de los caldos, con miras a elevar la calidad de las evaluaciones en el certamen nacional.
Keiler Rodríguez, sommelier nacional, destacó la importancia de iniciar la cata con vinos espumosos, puesto que la acidez y aroma preparan las papilas para los demás tipos, que suelen presentarse entre seis y ocho grados para resaltar sus notas frutales, un detalle técnico esencial para captar matices durante la evaluación.
El experto llamó la atención en errores comunes de producción, entre estos los desbalances en la fermentación, exceso de azúcar o elección incorrecta de botellas, lo cual puede generar consecuencias negativas como explosiones de las mismas.
Rodríguez enfatizó en que el dominio de estos elementos evita fallas y garantiza una experiencia sensorial óptima al consumidor.
La exigencia en parámetros como brillo, viscosidad, equilibrio y persistencia definió el debate, puesto que un buen vino debe armonizar en sus tres fases: visual, olfativa y gustativa, lo que obliga al catador a concentrarse minuciosamente, en una relación directa entre rigor técnico y calidad final del producto.
Vinos espumosos, blancos, tintos y vermús fueron sometidos a análisis por unos 20 catadores, junto a los productores que ampliaron sus conocimientos.
Yusbelis Martí Guerra, vicepresidenta del Club de Vinicultores Villa Guaso, resaltó a la Agencia Cubana de Noticias que el taller no solo calibra a los evaluadores, sino que sirve de guía para quienes se inician, lo cual les permite autoevaluar sus procesos, detectar virtudes y defectos, pero también disfrutar el arte detrás de cada botella.
Más allá de lo técnico, el taller rindió homenaje a la vinicultura guantanamera, arraigada en prácticas heredadas y en la identidad local, donde la cata es también un acto cultural que conecta historia, ciencia y pasión por el terruño, explicaron los participantes.
El taller funciona como antesala del concurso nacional, el miércoles 19 de febrero, donde se calificarán oficialmente los vinos artesanales cubanos, para dar lugar a las premiaciones el viernes 21, en la búsqueda de consolidar una industria de vinos artesanales competitiva, sostenible y alineada con estándares internacionales, sin perder la esencia creativa que distingue a sus productores.
Por vez primera Guantánamo acoge un encuentro de este tipo, en reconocimiento a su avance en la producción de vinos y al crecimiento del número de productores.
Entre sus actividades principales se encuentran además una feria interactiva, expoventas, presentación de nuevos productos, degustación popular de vinos y encuentro de negocios.