Las Tunas, 21 jul (ACN) En la memoria de los tuneros quedan los momentos de efervescencia del que fuera el más icónico de los centros nocturnos en esta ciudad: el cabaret Taíno.
Este era para muchos el mejor recinto de Las Tunas, un sitio en el que convergían los más diversos escenarios y en el cual aún permanece parte de la historia de los hijos de esta tierra.
Shows de baile, humor y buena música cubana, convergían en el tabloncillo del emblemático lugar, aliñado por la bebida y la comida criolla, en un paraje con cierta pincelada campestre en los perímetros del populoso parque 26 de Julio.
Era habitual la celebración allí de quinces, cumpleaños y hasta fiestas de graduaciones, lo que se convertía en un verdadero “lujo” con gran notoriedad entre los más jóvenes y sus familias, en un recuerdo que quedaba para la historia.
Incluso, tanta fue la fama del club nocturno, que sirvió de escenario para la grabación de varias escenas de la serie dramatizada Su propia guerra, del policíaco cubano Día y Noche, en su segunda temporada; oportunidad que trajo a sus predios a artistas de renombre de la pequeña pantalla.
El cabaret marcó la juventud de cientos de tuneros y, tras varios años cerrado al público, hoy es visible en él un amplio proceso de restauración que busca revitalizar y devolver su esplendor.
Cambios en el tabloncillo y algunos detalles estéticos en su interior, unido a la renovación de la carpintería y los camerinos, así como la reposición de la cubierta, es parte de la metamorfosis que permitirá, en un futuro cercano, la reanudacción de los servicios del icónico cabaret de Las Tunas.