Las Tunas, 19 may (ACN) Amantes o no del beisbol, a los tuneros no les es indiferente hablar del “Mella”, el estadio que hace vibrar de emociones y que constituye el gran bosque de los actuales monarcas nacionales y bicampeones de la pelota cubana: los Leñadores de Las Tunas.
Y es que, el “Julio Antonio Mella”, se ha arraigado en la cultura popular como uno de los sitios emblemáticos de la ciudad, ese que representa entusiasmos, icónicos momentos del deporte de las bolas y los strikes y, sobre todo, ese que es reflejo de la identidad beisbolera de los hijos de esta tierra oriental.
Aunque los datos oficiales sugieren una capacidad estimada para 13 mil espectadores, bien saben los tuneros que, a veces, esas cifras se “hinchan” cuando se trata de tensos momentos en etapas clasificatorias o cuando el contrario despierta demasiado interés o rivalidad, por tratarse de equipos con gran número de seguidores o detractores en el pasatiempo nacional.
Así, en el 2018, en una inédita proeza, los locales derrotaron en un séptimo juego de Play Off con marcador de 10-0 a los azules de Industriales y clasificaron por primera vez en la historia a la final del campeonato; una victoria de la cual el “Mella” fue testigo con una concurrencia de público que, a simple vista, bien cerca estaba de los 15 mil aficionados.
Comenzaban los buenos momentos para la historia de los muchachos del uniforme verdirrojo, el próximo año, se convirtieron en Campeones Nacionales ante el conjunto de Villa Clara y en 2023 repitieron la dosis frente a los leones de la capital, sin embargo, el bosque de las hachas solo fue escenario de algunos partidos, sin coincidir en ambas ocasiones con la gran final.
No obstante, ese sabor de victoria se disfrutó en cada juego del estadio tunero y justo allí, una gran masa de pueblo los recibió y agasajó tras el triunfo, con la complicidad del recinto que, más que una instalación deportiva, es la casa de peloteros y aficionados.
Conocido con ese nombre después de 1959, la institución se erigió a partir de la transformación del antiguo estadio municipal “Chicho” Velázquez, que había sido construido 14 años atrás, con una estructura y capacidad totalmente diferentes.
Desde 1977 se convirtió en la casa de los Leñadores, orgullo de Las Tunas y centro de los grandes acontecimientos de la pelota en el Balcón del Oriente Cubano; en él, tiene la ciudad también un patrimonio del deporte y, a la vez, del pueblo.