La Habana, 13 dic (ACN) La Biblioteca Nacional José Martí se convirtió hoy en el diamante donde se entretejieron las fibras de la historia y la cultura, al rendir tributo al béisbol cubano a los 160 años de su llegada a Cuba.
En este acto de conmemoración, el teatro de la institución fue un palco de voces y saberes, donde investigadores nacionales y extranjeros exploraron los orígenes de este deporte, sus lazos indisolubles con Estados Unidos y el Caribe, y su papel en la construcción de identidades sociales, culturales y raciales.
Esta cita se alzó como un puente entre épocas, donde el pasado se asomó con la claridad de un amanecer recordando al Palmar de Junco, aquel campo sagrado que se mantiene activo y donde, hace un siglo y medio, se inscribieron las primeras estadísticas del béisbol cubano y se vivió el primer capítulo de una épica que marcaría generaciones y definiría nuestra herencia como nación.
El béisbol no es solo un deporte en Cuba; es un latido, un eco que ha resonado desde el instante en que los hermanos Ernesto y Nemesio Guilló trajeron desde Estados Unidos, no solo un bate y una pelota, sino un sueño envuelto en cuero y madera.
Hace 135 años, la pluma de Wenceslao Gálvez y Delmonte tejió las primeras palabras sobre este fenómeno deportivo en la tierra caribeña y en toda Latinoamérica y su relato no fue solo historia; fue la poesía de una pasión que cruzó fronteras y desafió el tiempo.
Este día el béisbol, declarado hace tres años Patrimonio Cultural de la nación, fue mostrado a los presentes como un espejo de nuestra vida y nuestras luchas y se evocaron los nombres de aquellos peloteros que ya no están, pero cuya memoria sigue viva en cada swing y en cada carrera.
Sus legados, como un viento eterno, fueron homenajeados con la solemnidad que merecen quienes han dejado huellas profundas en el alma del deporte nacional.
Hubo espacio también para celebrar la palabra, con la presentación de la segunda edición ampliada de "Béisbol y nación en Cuba", del Dr. Félix Julio Alfonso López y el libro del poeta y editor Norberto Codina titulado "Cuando el béisbol se parece al cine".
Las artes plásticas y la memorabilia completaron esta fiesta de evocaciones. En la galería de la Biblioteca, las obras inspiradas en el béisbol fueron testigos mudos, pero elocuentes, de la grandeza de nuestra tradición beisbolera.
Este 13 de diciembre, bajo el techo de la Biblioteca Nacional, el béisbol fue un verso en movimiento, un homenaje a quienes lo soñaron, lo vivieron y lo defendieron y un tributo eterno a 160 años del comienzo de esta pasión infinita.