La Habana, 10 feb (ACN) Con líneas de trabajo dirigidas a apoyar con soluciones tecnológicas renglones tan cruciales para la vida del país como el transporte y la agricultura, la microempresa AKI es hoy uno de los nuevos actores económicos que apuestan por contribuir desde un rol activo al desarrollo de Cuba.

    Así lo confirmó a la Agencia Cubana de Noticias su director, William Guilarte Álvarez, ingeniero en Telecomunicaciones de formación, quien explicó que el proyecto empezó bajo la designación de Trabajadores por Cuenta Propia (TCP) con un taller de electrónica donde se reparaban mayormente equipos de computación, televisión y lo relacionado a la especialidad.

    Describió que cuando salió la convocatoria de las primeras micros, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) identificaron una gran oportunidad para constituirse como tal y tratar de resolver muchos problemas tecnológicos que presentan las entidades estatales, al igual que las particulares, en un inicio muy vinculados al tema de la climatización de locales.

    Acotó que debido a ciertas facilidades otorgadas a los particulares para la adquisición de tecnologías y maquinarias (no siempre sujetas a las restricciones impuestas por el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba) se dieron a tarea de poner en funcionamiento, desde el apartado de infraestructura y tecnología, algunas fábricas estatales que estaban detenidas con perspectivas de dar un paso de avance para no solo reparar sino también producir en las mismas fábricas a las que prestan servicios.

    Ya no solo estamos enfocados en la parte de electrónica pues ampliamos a una serie de servicios multifacéticos que incluyen clima, software y desarrollo en función de las necesidades que detectan las empresas, agregó.

    Subraya que esto los ha llevado a establecer vínculos y proyectos con los ministerios de Transporte y de la Agricultura, principalmente orientados a la agricultura de precisión y la transportación inteligente, entre otros.

    Acerca del primer tema, reconoció que aunque todavía no se ha establecido una colaboración en firme, están buscando una solución factible para el campesinado, porque al ser las grandes empresas las que cuentan con el presupuesto para importar los implementos necesarios, tiene que ser en función de sus necesidades como son los sensores inteligentes, los regadíos automáticos y una serie de instrumentos tecnológicos diseñados para producir más y elevar el rendimiento de los suelos.

   Argumentó que gracias a esas alternativas se podría lograr la siembra de algunos cultivos durante todo el año, lo cual sin duda contribuiría a una mayor disponibilidad del alimento y al abaratamiento de los costos.

    Destacó que con transporte trabajan en función de la viabilidad a la que está llamado el sector y en ese sentido han presentado proyectos para la instalación de 50 puntos de carga para motos eléctricas en La Habana, con capacidad cada uno para cuatro motos, o sea, 200 en total para esos elementos en la vía que les sea posible recorrer más terreno sin la preocupación de quedar sin batería.

    Se encuentran además en función de iniciativas como la instalación de semáforos inteligentes, con la informatización para el control de flotas y estudios de logísticas y un tema que constituyó en su momento el centro de su tesis, que es el control y seguridad de los pasos a nivel, aseguró.

     Esto último consiste de acuerdo a sus precisiones en un sistema que notifica tanto al maquinista si hay algún problema técnico en la vía o a los vehículos de algún desperfecto en el tren mediante el empleo de internet y la inteligencia artificial, lo cual ayuda a prevenir accidentes con un esquema de protección integral.

     Compartió que a la fecha, AKI arrenda áreas de un Joven Club de Computación en el municipio de Plaza de la Revolución con el compromiso de habilitar condiciones allí y áreas de juegos para el disfrute de los más pequeños de la comunidad, a la espera de poder conseguir un taller para facilitar este tipo de servicios a la población.