Nueva Gerona, 2 feb (ACN) Tamara Sánchez Villalón es de estatura pequeña y rostro afable y risueño, su fuerza interna, pasión y responsabilidad la ponen a prueba cada día como directora de la División Territorial de Comercialización de Combustibles (Cupet), una de las entidades estratégicas para la vitalidad de Isla de la Juventud.
Depende del hidrocarburo que recibimos vía marítima, almacenamos y distribuimos la vitalidad socioeconómica del territorio, que incluye el que mueve las industrias y el transporte, el destinado a la generación eléctrica y hasta el gas licuado de petróleo, empleado en la cocción de los alimentos, explica Sánchez Villalón.
Significa la alta sensibilidad que tienen tanto para la economía como para la sociedad los combustibles con trabajan. Eso obliga a mantener una dosis extra de exigencia en todos los procesos: desde que las embarcaciones atracan en el puerto pinero hasta que salen los camiones y carros cisternas (pipas) a la distribución, sin obviar los análisis de calidad en el laboratorio.
Los 26 años de experiencia en ese centro le han permitido a Tamara conocer cada paso del proceso productivo, prever posibles “cuellos de botella”, identificar las áreas de riesgo y mejorar la comunicación con cada trabajador.
Subraya que por suerte, cuenta con un colectivo que siempre responde positivamente y del que manifiesta orgullo. “No importa si se trata de una descarga al filo de la medianoche o si hay que continuar distribuyendo el combustible hasta la madrugada porque hay déficit en el municipio”, enfatiza.
El trabajo de los innovadores también es fundamental en Cupet. Han sido acreedores de varios premios nacionales, ya que gracias a ellos se han devuelto a la vida útil equipos que humanizan el trabajo y multiplican los medios disponibles, comenta entusiasmada.
Afirma que —por las características de su centro— la jornada laboral puede ser más compleja que en otros, debido a los procesos intrínsecos de su misión social, cuyas medidas de protección deben ser extremas y permanentes porque cualquier negligencia puede costar muchas vidas. “Eso nos obliga a estar doblemente alertas”.
Por tanto, dirigir una entidad como esta, donde las dinámicas pueden variar en cuestión de minutos, puede resultar intimidante, subraya.
A eso se suma que hablamos de una fuerza de trabajo mayoritariamente masculina (80 por ciento), pero el apoyo y compromiso del personal hacen que asumir esta responsabilidad valga la pena, concluye Tamara Sánchez Villalón, una “pinera de fuego” que día a día demuestra que la pasión y la responsabilidad pueden mover montañas.