“Agencia, buen día, diga usted en qué puedo ayudar…”
Una y otra vez, durante muchas veces en la jornada laboral, ante el timbre insistente del teléfono en la Redacción Nacional de la Oficina Central de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), José Manuel Hernández Sánchez (Pepe) responde con su voz de tenor a quienes llaman solicitando una cobertura periodística.
A sus 81 años de edad, Pepe camina varias cuadras, y lleva el control diario de la planificación del trabajo de los reporteros, labor que se las trae, porque es una dinámica de producción compleja, casi siempre con prioridades en la agenda mediática, y él “le sabe a ello” porque lleva en la Agencia el mismo tiempo que hace que se instituyó como medio de comunicación: 50 años.
Conversador y dicharachero, el entrevistado siempre cuenta que estuvo presente en la fundación de la entonces Agencia de Información Nacional (AIN) casi por casualidad; pero le tocó junto a otros colegas, porque estaban en el momento y el lugar oportunos, y el 21 de mayo de 1974, entre el ruido de los teletipos, vieron el primer despacho noticioso.
Periodista en varios territorios cubanos, entre ellos Guantánamo, fue testigo de innumerables hechos históricos en esa región donde los yanquis mantienen una base militar, en contra de la voluntad de mucha gente buena en el mundo, algo que denunció con energía en más de una ocasión, cuando los usurpadores hacían de las suyas, más allá de las altas cercas perimetrales.
Don Pepe, como le suelen llamar los jóvenes que aprehenden de su experiencia, conserva lozanía intelectual para contar anécdotas, lleva el magisterio a flor de piel, por eso cuando estudiantes de Periodismo pasan sus prácticas laborales en la ACN es obligada una sesión de trabajo con él, que frente a su computadora es capaz de rastrear las noticias más importantes del orbe a solo segundos de publicarse, porque el valor inmediatez corre junto con la sangre por sus venas.
En la AIN/ACN hizo de todo un poco, periodista, editor, jefe de redacción, de información, subdirector general, y actualmente, jubilado y vuelto a contratar, en el mismo corazón de la Agencia, desde dónde se toma el pulso a la realidad, hoy convulsa y compleja, es punto clave en el tablero donde se mueven las piezas, y donde todo tiene matices.
De su entrega al Periodismo, de la pasión con que lo defiende, de su disciplina y orgullo por ser y estar en el sitio que lo vio crecer como profesional, vive presuntuoso el Don.
Como este periodista nato, peliagudo y de noble corazón, para presunción del medio cincuentenario, andan todavía en el mundo de los vivos otros colegas que no han dejado nunca de estar cerca; y los que partieron, se fueron bien tranquilos por el tiempo en que les tocó fundar.
Si es usted de los que llama a la ACN para solicitar una cobertura periodística, de las que no pueden esperar, cuente con la pronta respuesta. A Don Pepe le queda mucho por andar todavía.