Belleza paisajística de Cuba: Parque Nacional Topes de Collantes

Compartir

ACN - Cuba
María Elena Balán Sainz | Foto: de la autora
185
15 Mayo 2024

El Parque Nacional Topes de Collantes, situado en el grupo montañoso Guamuhaya o Sierra del Escambray, cuenta con cuevas, ríos estrechos de rápido caudal, bellas cascadas y saltos como el del Caburní que se integran en un todo único para ofrecer al visitante la más abarcadora muestra de la naturaleza cubana y la belleza paisajística de esta Isla del Caribe.

    Representa un paraíso de la provincia Sancti Spíritus, a unos 800 metros sobre el nivel del mar y declarado Paisaje Natural Protegido, categoría de manejo que otorga  el Centro Nacional de Áreas Protegidas.

   Se localiza a unos 20 kilómetros de la ciudad de Trinidad, fundada en 1514 por el Adelantado Diego Velázquez, y a unos 350 kilómetros al este de La Habana.

   Tiene cerca de 12 mil hectáreas de extensión y numerosas especies endémicas de la flora y la fauna del país.

   El Salto del Caburní representa uno de los parajes idílicos del  Parque Nacional. Destaca como un sitio que aunque se encuentra a unos siete kilómetros de ida y de vuelta desde los hoteles de la zona, resulta oportunidad para apreciar la variedad de las aves endémicas de la Antilla Mayor, como los tocororos y cartacubas, que hacen sus vuelos habituales en este paisaje, símbolo del Macizo Guamuhaya por su majestuosidad.

  Quienes toman el sendero que conduce a este lugar de encanto se quedan absortos mirando los árboles y helechos gigantescos, pinos, eucaliptos y bambú de diversos tipos, en tanto se observan moluscos, mariposas, orugas, orquídeas y otras especies del tupido bosque.

   Debido al clima húmedo y las bajas temperaturas, el macizo montañoso adquiere un verdor penetrante; a la vez que se respira y se siente cómo llega a los pulmones el oxígeno puro y limpio de esta reserva ecológica sin igual.

  También por esos dominios el visitante encontrará una de las principales atracciones de la ruta: un asentamiento aborigen muy bien conservado, de gran importancia arqueológica.

  El acantilado de la cascada se encuentra a 250 metros en su punto más alto, por lo que representa una gran atracción natural en sí misma.

  Dicho caudal baja por la cascada y se divide en una serie de piscinas más pequeñas antes de continuar el camino hacia abajo por una larga pendiente, que concluye en la gran piscina natural al pie de la caída principal.

   Nada detiene entonces a los amantes del turismo ecológico, quienes no pueden resistir los deseos de darse un chapuzón en esas aguas, ya que resulta un triunfo para los aventureros que recorrieron el extenso trayecto.

  Luego, es normal ver a unos cuantos disfrutar de los rayos del Astro rey acostados en las pendientes rocosas y lisas de la cascada, y así echar una siesta al amparo de la naturaleza, escuchando el canto de las aves y disfrutando la frescura de esta región.

   Otros, más valientes, se atreven a saltar desde alguna parte de la cascada y probar la profundidad de esas pocetas; en tanto, lo que no faltan son las fotos en familia o los selfies, pues esta experiencia que deja sin aliento necesita ser capturada instantáneamente.

   Y es que todo este paisaje monumental, en conjunto con los atributos históricos y naturales de la zona, declarada Monumento Nacional, hace que sea un constante desafío para aquellos que deseen conocer y vivir una verdadera aventura ecoturística.