Del primero de junio al 30 de noviembre, periodo que abarca la temporada ciclónica en Cuba, aumentan las alertas ante la formación y posible paso de fenómenos tropicales por alguna región de la Isla. Cambia entonces en gran medida la dinámica de trabajo de los especialistas del sistema meteorológico del país.
Como habitantes de un archipiélago con amplia experiencia, estamos acostumbrados a enfrentar este tipo de sucesos, y nos mantenemos atentos a la información que brindan los expertos, más cuando transitamos los meses de superior probabilidad de que huracanes afecten al territorio nacional.
En el caso de Camagüey, la provincia más extensa de Cuba y con varios cayos adyacentes en las zonas norte y sur, la climatología ubica la mayor incidencia de esos organismos entre agosto y octubre.
La historia no deja olvidar nombres como el evento de 1932 que afectó la costa sur camagüeyana, donde provocó gran inundación en el poblado de Santa Cruz del Sur; o el “Flora” que marcó el inicio de una nueva visión de país respecto a esos organismos y la necesidad de protegernos de sus azotes.
En septiembre y noviembre del 2008 impactaron con intensidad en esta región centro- oriental, el huracán Ike (8 de septiembre), con vientos de categoría dos, principalmente en la zona costera de Santa Lucía, al noreste del territorio.
A menos de dos meses, en noviembre, “Paloma” se aferró a Santa Cruz del Sur, un día antes de cumplirse 76 años cuando el ciclón de 1932 con un mar de leva arrasó ese poblado y provocó la mayor catástrofe natural de Cuba, dejando más de tres mil muertos.
Más reciente, el 8 de septiembre de 2001, el “Irma” tocó tierra por Cayo Romano, al norte del municipio Esmeralda, con categoría cuatro. Allí ocasionó cuantiosas afectaciones y otras localidades de la demarcación sintieron el embate.
Una vez que un ciclón tropical es de interés para Cuba y en específico, la provincia, comienza una estrecha vigilancia por parte del personal de los distintos departamentos del local Centro Meteorológico y sus estaciones.
Se activa el Sistema de Alerta Temprana, y además de mantener informada constantemente a la población y brindarle el pronóstico, fortalecen el intercambio de datos de precipitaciones con la delegación de Recursos Hidráulicos y monitorean por radar las lluvias en las cuencas que puedan generar inundaciones.
Es amplia y constante de igual manera la información que brindan a la Defensa Civil y al Consejo de Defensa Provincial en cuanto al pronóstico de la situación esperada, para aplicar todas las medidas de protección a la población y los recursos materiales.
Camagüey tiene, además, la potencialidad de contar con cinco estaciones automáticas y seis convencionales, y uno de los ocho radares meteorológicos de la nación antillana, que contribuye a la vigilancia nacional, del propio territorio, de Ciego de Ávila y Las Tunas.
En el contexto del ejercicio Meteoro a su vez actualizan cada año a los Consejos de Defensa Provincial y Municipal sobre el pronóstico para la etapa, estado de la sequía y algún otro tema de interés desde la gestión de riesgo de desastres, comentó Beatriz Martínez Pérez, directora del Centro Meteorológico de Camagüey.
Internamente, como institución, organizan y supervisan las condiciones del instrumental en las estaciones, el personal, los medios de cómputo y sus reservas, se puntualizan los miembros del Grupo hidrometeorológico y qué función asumirá cada quien.
Para la temporada ciclónica 2024, el pronóstico oficial emitido por el Instituto de Meteorología (Insmet) coincide con el de instituciones foráneas en cuanto a que la temporada debe ser muy activa, y refleja elevada probabilidad de que un huracán de procedencia atlántica penetre en el Caribe, y alta posibilidad de que al menos un ciclón tropical con categoría de huracán afecte a Cuba.
Así se sostiene la más reciente actualización de la temporada realizada por la institución, el 15 de agosto último, la cual vaticina la formación de más de 10 tormentas tropicales en toda la cuenca del Atlántico Norte, y de ellas nueve podrían alcanzar la categoría de huracán.
En el carácter activo de la presente temporada influyen las condiciones oceánicas y atmosféricas sobre el océano Atlántico y el Mar Caribe. La temperatura superficial del mar en la franja tropical del Atlántico Norte continúa registrando índices muy altos.
Otro factor favorable es que el evento El Niño-Oscilación del Sur (Enos) 2023-2024 ha finalizado y se han establecido las condiciones neutrales. Existen entonces elevadas probabilidades de que un nuevo fenómeno de tal índole, se desarrolle a partir de septiembre u octubre.
Especialistas en el tema insisten siempre en la importancia de que la población se mantenga informada a través de los partes del estado del tiempo sobre la evolución de la temporada ciclónica, y en caso de amenaza de alguna tormenta, adopte las medidas correspondientes a tiempo, con el fin de evitar pérdida de vidas humanas, la premisa fundamental.
El sistema meteorológico en Camagüey, cuyo centro de pronósticos se fundó el 7 de julio de 1966, dispone de amplia experiencia ante fenómenos como huracanes, donde destaca el trabajo en equipo de los distintos departamentos, y la labor conjunta con las instituciones vinculadas a los Sistemas de Alerta Temprana y la Defensa Civil.
Según señalan los expertos, el actual período lluvioso del año puede traer consigo otros fenómenos meteorológicos como las tormentas locales severas (tromba en la altura, tornado, granizos, vientos lineales fuertes de más de 90 km/h), que también ocasionan daños, entre ellos las fulguraciones por descargas eléctricas asociadas a tormentas, consideradas la principal causa de muerte en Cuba vinculada a ese tipo de eventos.
Los camagüeyanos, al igual que el resto de los cubanos, debemos estar alertas, cuando ya arribamos al noveno mes del calendario el cual, según lo analizado, los huracanes prefieren para "visitar" nuestro territorio; y al mismo tiempo, no descuidar la precaución ante las inundaciones, incidentes que también nos golpean en época de lluvias, principalmente en la ciudad capital, atravesada por varios ríos y arroyos.
