Con la presión de la mejor actuación olímpica en Barcelona 92, Cuba llegó a Atlanta 96 para continuar en la élite mundial, con un destacado octavo lugar por países y el primero entre las naciones latinoamericanas desde Munich 72.
A pesar de que no pudo superar la quinta posición de la ciudad española, donde consiguió 14 medallas de oro, seis de plata y 11 de bronce, la delegación cubana se mantuvo entre los 10 privilegiados del planeta, ahora con nueve preseas doradas, ocho plateadas e igual número de bronceadas.
Muchas fueron las alegrías en suelo estadounidense, pero la de la judoca Driulis González tuvo especial significado, ya que una lamentable lesión en la clavícula previa a los Juegos estuvo a punto de impedir su participación.
Ni la minerva que tuvo que usar hasta pocos días antes de partir para Atlanta, ni la deuda con los entrenamientos, fueron capaces de romper el sueño de la destacada deportista de la oriental provincia Guantánamo, pues en la final derrotó por Ippon (similar al nocaut del boxeo) a la sudcoreana Sun Yong Jung.
El medallero del judo se completó con la presea de plata de Estela Rodríguez, quien de esa forma revalidó su actuación en Barcelona, al igual queAmarilis Savón e Israel Hernández, pero con bronce, metal que también mereció Legna Verdecia y Diadenis Luna.
Sobresalieron igualmente los espaldistas Rodolfo Falcón y Neisser Bent, ganadores de las primeras medallas de la natación cubana en citas olímpicas, con plata y bronce en los 100 metros, respectivamente.
Los puños de los boxeadores aportaron otros cuatro títulos, tres de ellos con similar desempeño a lo logrado cuatro años atrás, Héctor Vinent, Ariel Hernández y Félix Savón, a quienes se les sumó Maikro Romero, en combate no apto para cardíacos.
Por su parte, Arnaldo Mesa perdió en apretada decisión, Juan Hernández Sierra y Alfredo Duvergel terminaron con las de plata.
De los colchones de la lucha también llegaron alegrías, ya que en el estilo grecorromano Filiberto Azcuy conquistó la primera medalla de oro de la delegación cubana, luego del subtítulo de Juan Luis Marén, mientras que en la libre Alexis Vila tuvo que conformarse con el bronce.
El béisbol y el voleibol femenino ratificaron su condición de campeones olímpicos. Los peloteros vencieron 13 carreras por nueve en la final ante Japón, en tanto las Espectaculares Morenas del Caribe superaron a China, tres sets por uno.
Otro feliz desempeño fue el del pesista Pablo Lara, quien con la espina de haber perdido el oro en Barcelona por menor peso corporal, ahora subió a lo más alto del podio.
La relación de laureados se completó con el espadista Iván Trevejo y Ana Fidelia Quirot, en los 800 metros planos, los cuales estuvieron a punto de coronarse, así como también el triplista Yoelvis Quesada y el equipo de florete (Rolando Tucker-Elvis Gregory y Oscar García), ganadores del bronce.
Sin dudas, otra destacada actuación de Cuba en Juegos Olímpicos, si se tiene en cuenta que Atlanta implantó récords de participación, con 197 países y más de 11 mil atletas, dejando atrás a Barcelona, que contó con la presencia de nueve mil 367 deportistas de 169 naciones.