A Dánel Castro se le ve con frecuencia de un lugar a otro en la ciudad de Las Tunas, a pie o en motorina, haciendo gestiones personales o en casa con su familia, en la calle Ramón Ortuño.
Los lugareños cuando lo ven pasar se preguntan: ¿Qué está haciendo Dánel? Y esa misma interrogante se la formuló la Agencia Cubana de Noticias.
Sentados en la sala de su vivienda, resaltan en sus paredes un enorme cuadro, en el que aparece el legendario beisbolista con rostro alegre y un bate en ristre que le obsequiaron en una de las tantas veces que resultó premiado durante su vida activa. Y en otro lado, la fotografía del Líder Histórico de la Revolución, Fidel Castro.
¿Cómo te sientes?
Descansando y atendiendo a los familiares, fueron 30 años metidos en el béisbol sin mucho margen para otras cosas. Y ahora quiero dedicarle tiempo a algo que me he propuesto: desentrenar, respondió ipso facto.
¿Cuándo te vas a vincular de nuevo al deporte?
"En la próxima Serie voy de entrenador de bateo con los Cachorros de Holguín".
La respuesta fue sin rodeo, directa como un flechazo que hubiera sorprendido a todos los aficionados de Las Tunas de estar presentes en el diálogo.
¿Y por qué no con los Leñadores?
“No me llamaron, aunque me habían propuesto para el equipo juvenil; pero no quise, es que en ese entonces mi hijo integraba esa selección, entre otras cosas”.
Dánel Castro Muñagorry, el último bastión fundador de los Leñadores que se mantuvo activo, no aclaró si era la decisión definitiva, pero “hace cinco años cuando pensaban que yo me iba a retirar los directivos del plantel holguinero me hicieron la propuesta y entonces dije que sí. Ahora me lo reiteraron y no pude negarme porque eso va contra mi palabra”.
Por primera vez, el pelotero más popular que ha dado la provincia, no estará en el bosque que tanto lo aplaudió y le gritó de emoción. Pero donde quiera que esté la fanaticada del estadio Julio Antonio Mella no olvida que a pesar de habérsele desbordado calidad, no fue incluido en selecciones nacionales en los últimos años sin explicación alguna. Tampoco aquella demostración frente a los Orioles de Baltimore de las Grandes Ligas, cuando era un jovencito, que bateó de 6-5 en uno de los dos partidos pactados, incluido un triple para empatar el desafío.
Pero Dánel es el líder en hits en la historia del béisbol en la Isla, con dos mil 502 y lleva en su pecho tres coronas de campeón nacional (dos con los Leñadores y una con Villa Clara), además de ser titular mundial en dos oportunidades (Italia 1998 y La Habana 2003), subcampeón olímpico en Sidney 2000 y un Oro en los Panamericanos de 1998.
La afición lo recuerda porque no regateaba para integrar el equipo grande de Cuba, a pesar de habérselo ganado y ser el que más carreras impulsaba para empatar y tomar ventaja, con 395 al término de colgar el bate. Además, no se amilanaba cuando era excluido, todo lo contrario se crecía para rendir más.
Sus 30 campañas significan récord de longevidad en la Liga Nacional, con 47 años de edad. Y parte de esa constancia se la debe al pueblo que lo admira, pues siempre le pedía más como el toletero imprescindible en la nómina rojiverde.
Querían verlo casi siempre agachado en el cajón de bateo, como un felino, esperando la bola para impulsar la carrera que los Leñadores necesitaban. Es así como la población no borra de su mente a la Panterita, al temible gladiador.
Y lo seguirá aplaudiendo, gritándole con emoción donde quiera que esté.