Por: Lubia Ulloa Trujillo | Caricatura: Osvaldo Gutiérrez Gómez (Osval)
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04 Marzo 2024

Carmen y Deisy son dos jóvenes madres que cada mañana se hacen las mismas preguntas: ¿Cómo lograr que la leche que llega a nuestras manos tenga menos agua de la contenida en su propia composición? ¿Será tan difícil seguirle el rastro a la leche desde que se ordeña la vaca hasta el punto de venta?

Y no dejan de tener razón en esos cuestionamientos, pues existe una cadena, pero a las claras no funciona como debiera, para agarrar a los pillos que, cegados por el afán de lucro y con toda conciencia, provocan una reducción en el valor nutricional de ese alimento y a la vez añaden una fuente de contaminación microbiológica.

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Antes de los descubrimientos de los científicos Louis Pasteur y Robert Koch se creía que echarle agua a la leche no era peligroso, pero cuando se reconoció la relación entre microorganismos y enfermedades fue considerado un fraude con consecuencias en la salud pública.

La historia de la adulteración de la leche de vaca es tan vieja como el acto mismo de ordeñar a ese rumiante, y resulta que cuando la demanda aumenta y el producto escasea, el camino más fácil de un tramposo, o de varios, es adicionarle agua y otros demonios para “estirarla” y agrandar las ganancias.  

Ya constituye algo común oírle decir a muchos padres y abuelos que cuando en casa ponen a hervir la leche, se demora un mundo, no hace nata y se torna de un color azuloso.

En aras de hurgar en el tema, la Agencia Cubana de Noticias en Ciego de Ávila desandó la ruta de la leche que se distribuye de forma fluida y buscó en los detalles que influyen en una deficiente calidad, así como en otros sinsabores del producto. Pero también, en las carencias de una industria que se resiste a perecer ante las limitaciones de recursos y tecnologías más modernas.
Buscando respuestas  

Rubén Pina Ángel Bello, director de producción de la Empresa de Productos Lácteos en el territorio avileño, explica que para evaluar la calidad de la leche acarreada, fundamentalmente el peso y las características organolépticas, es decir, aspecto y sabor, de forma diaria, cuando retornan las rutas (carros), por el mediodía, se reúnen con todos los choferes.

“Si el laboratorio de microbiología determina irregularidades en alguno de esos itinerarios, la acción inmediata es que al otro día un inspector de la Unidad Empresarial de Base Acopio Lácteo o un miembro del Consejo de Dirección de la entidad acompaña a ese chofer en el carro para tomar las muestras correspondientes y analizarlas”.

Existe otro control mediante los tecnólogos, los jefes de plantas y los jefes de turnos para que la calidad de la leche que llega a la industria no se deteriore, asegura Pina Ángel Bello.

“También realizamos visitas a los productores para ver el ordeño, comprobar las condiciones higiénico-sanitarias en las que efectúan esa labor, valorar las características del alimento contratado con la industria y saber los problemas que los aquejan.

“La cadena desde el ordeño es amplia, llega hasta el bodeguero, por lo que en el programa que montamos está previsto que en un momento del recorrido de nuestras pipas de leche tomemos muestras de ellas y luego cuando se expende, con el objetivo de comprobar si hay correspondencia entre lo que sale del lácteo o lo que se recoge, si es tiro directo, con lo que adquiere el consumidor”, alega Pina Ángel Bello.

Una cuarta etapa apunta a llevar a vía de hecho un convenio con Comercio para contar con la presencia de sus inspectores en los puntos de venta de leche, porque “puede ser que la cadena hasta la una de la madrugada esté bien: que el carrero nuestro deje la leche acopiada sin alteraciones y cuando ya el bodeguero la despache esté alterada”.  

Los choferes -dice Pina Ángel Bello- antes de salir con la leche del Lácteo deben firmar el libro de incidencias del laboratorio de Microbiología, el cual les emite un certificado de calidad, lo cual significa que la pipa reúne las condiciones higiénicas para trasladar el alimento y los análisis están dentro de norma.

Ridel Milián Álvarez, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) número 1 Combinado Lácteo de la propia provincia, se muestra enfático al decir que los representantes de la UEB de Acopio que están en los lugares de recogida, donde funcionan los termos refrigerados, cuentan con un lactodensímetro para medir la densidad del producto que traen hasta allí ganaderos, acarreadores y los choferes del lácteo.

Víctor González González, director de la UEB Número 3 Acopio y Recogida de leche en esos mismos dominios, alega que existe un programa de muestreo a los productores por rutas que realizan los cuatro técnicos de campo, dos accionan en la parte norte del territorio avileño y dos en la sur.

Los técnicos de nuestra UEB y los representantes en cada municipio también se suman a esta labor de muestreos cuando en determinados periplos existen problemas reiterados en la densidad de la leche u otro que aparezca y afecte la calidad de ese alimento, añade Víctor.

En cada municipio debe funcionar un laboratorio de Medicina Veterinaria donde se puedan realizar esos muestreos a la leche, pero los avileños que deseen hacerla aquí en el Lácteo están en todo su derecho, asegura el directivo.

Acciones bien pensadas, pero, guerra avisada no mata soldado, y tampoco son todo lo sistemáticas que exige el tema, porque, entonces, ¿cómo se explica que sea muy frecuente la ocurrencia de estas alteraciones y no supere los dedos de una mano las veces que se han atrapado a esas personas fraudulentas?

Las carencias y limitaciones de recursos y tecnologías más modernas también se suman a esta problemática, pues además de que las máquinas existentes llevan muchos años en explotación, hay deficiente disponibilidad de nailon que impiden embolsar la leche, lo cual, sin dudas, evitaría mayores alteraciones en el alimento y por consiguiente riesgos en su consumo.

La última palabra la dice el Laboratorio

El peso de la leche puede clasificar en el rango que se exige, pero la duda de si se logró con la ayuda de adulterantes solo se comprueba en el laboratorio del Lácteo y allí Anabel Lazo Roque, especialista principal de calidad de la UEB número 1, es enérgica en su afirmación: “es una pelea bien dura la que sostenemos cuando detectamos en las rutas que el alimento llega adulterado con agua y sal, fundamentalmente”.

Lamentamos, confiesa Anabel, que la industria avileña carezca de equipos para determinar la adición de otros productos, como almidones de yuca, cal y urea. 

Y no le falta razón a la especialista, pues si en otros lugares este invento se practica, deviene poco probable que en Ciego de Ávila no se haga por parte de pillos, que bien pudieran estar en el área de ordeño, en el camino al termo, en el carro del lácteo, en el punto de venta y hasta entre los mensajeros particulares.    

Maritza Valladares Quiñones, microbióloga del lácteo, manifiesta que se exige a los ganaderos una leche de acopio con 1,030 de peso (densidad) y un mínimo de 3,20 por ciento (%) de grasa.

Ese porcentaje mínimo de grasa es para poder trabajar la leche después en la industria con la descremada pasteurizada (leche en polvo, con un alto costo en el mercado internacional), pues a la población debemos enviarle el alimento con 2,40 o 2,50 % de grasa, refiere Maritza.

A cada recibo de leche se le recoge muestras testigos, las que hablan por sí solas de lo que trae cada una de las rutas, precisa.
Realidad que duele

La industria láctea en Ciego de Ávila debe distribuir alrededor de unos 24 mil litros de leche diarios para la población, con lo cual se cubrirían las dietas médicas especiales, el consumo de hospitales y asilos de ancianos, además de los menores de siete años de edad.

Sin embargo, hasta allí llegan actualmente unos 12 mil 300 litros diarios como promedio, de un plan de 17 mil 500, porque los compromisos de los productores se quedan por debajo debido a causas objetivas y subjetivas. 

Entre esas causales están: deficiente capacitación de los nuevos ganaderos, (personas beneficiadas por entrega de tierra en usufructo sin los conocimientos más amplios del cuidado y manejo de ganado mayor), periodos de seca más recurrentes, poco acceso a fuentes seguras de agua, suelos para el pastoreo con mal drenaje, temperaturas altas, falta de sal, de otros minerales y miel en las áreas de rumia y descanso; y elevado costo del servicio de inseminación artificial.

Se suman el poco uso de tecnologías para una ganadería sostenible como, por ejemplo, la siembra de leguminosas, tanto herbáceas como arbustivas, de especies que sirvan como banco de proteínas y naturalizadas de pastos, de gramíneas forrajeras, razas rústicas y el empleo de biofertilizantes (Azotobacter, Rizobium y Micorrizas) y biopesticidas (Trichoderma y Trichograma).    }

Unido a esto se unen otras realidades: déficit de combustible y de cantidades suficientes de materia prima importada (leche descremada pasteurizada) que obligan a tomar decisiones de último minuto.

José Lemos Frómeta, subdirector general de Economía y Planificación en Ciego de Ávila, comenta que el precio de la tonelada de leche en polvo en el mercado internacional oscila entre tres mil 200 y tres mil 500 dólares, pero Cuba eroga más cuatro mil dólares por esa misma cantidad a causa de la persecución económica y financiera a la que es sometida por las medidas coercitivas del bloqueo del gobierno de Washington.

Motivos por lo que el Gobierno en la provincia ajustara la cantidad porque no es posible mantener las entregas del nutritivo líquido a la población en la forma en que se hacía hasta el momento.

La leche en polvo se garantizará solamente a los infantes de cero a seis meses y 29 días de nacidos y el resto de los compromisos se asumirá con la leche fluida disponible, cuyo volumen de acopio diario ha mermado.

Yadiel Pérez Téllez, coordinador de programas y objetivos del Gobierno en Ciego, explicó, en conferencia de prensa, que se buscan variantes para garantizar el demandado alimento a los niños, embarazadas y el consumo social, en tanto, se chequea y controla diariamente en los municipios el cumplimiento de los planes de entrega para que toda la producción llegue al combinado lácteo y no se desvíe hacia otros destinos.

El próximo primero de marzo comenzará una investigación especial a la masa ganadera que llegará a los más de siete mil tenentes de ganado y productores de todos los organismos, para comprobar exhaustivamente el rebaño existente, los planes de producción y destino del vital alimento.

Yulema Yero Pérez de Corcho, directora comercial de la Empresa de Productos Lácteos, explicó que la nueva estrategia de distribución cuenta con el apoyo de Sancti Spíritus, que suministra unos tres mil litros a diario y regirá de forma temporal hasta que mejoren las condiciones.

La distribución hasta que mejore la situación con el acopio se hará de la siguiente manera:

  •  Niños de 0 a seis meses, se mantiene la entrega de leche en polvo como hasta ahora.
  • Niños de siete meses a dos años, 11 meses y 29 días, recibirán un litro de leche fluida diariamente.
  • Niños de 3 años a 6 años, 11 meses y 29 días, recibirán ½ litro de leche y se les asignará, además, una cantidad de refresco instantáneo vitaminado, en producción actualmente, para compensar el equivalente a la leche que dejarán de recibir en el mes.
  • Las embarazadas mantienen la misma asignación como hasta ahora.
  • Las dietas especiales por enfermedades crónicas de la infancia recibirán igualmente ½ de litro de leche y el complemento de refresco.  

El consumo social, dijo, no quedará desprotegido, pero se revisa con todos los factores implicados las alternativas que se ajusten a la realidad que tiene hoy el territorio.

Habla la Ganadería

Hay aminoácidos esenciales que el organismo humano no puede sintetizar, los cuales se aportan a través de la leche de vaca.

Esas moléculas orgánicas son claves a nivel estructural, interviniendo en la síntesis de tejido muscular, piel, huesos, formación de hemoglobina, anticuerpos y otras moléculas, por ejemplo, pero también con capacidad funcional a nivel inmunitario, cardiovascular y digestivo, gracias a los péptidos bioactivos.

Sin embargo, cada día se pone en riesgo que esto suceda, y es que existen factores incidiendo en el decrecimiento de la masa ganadera, entre ella las vacas en ordeño para entregar leche a la industria.

Según datos ofrecidos en diciembre último por Gabriel Montero Nájara, jefe del Departamento de Ganadería en la provincia, hay en ordeño unas 11 mil 439 vacas, las cuales promedian a 2,3 litros cada una, pero si tuvieran mejores condiciones de manejo en cuanto a alimentación adecuada y respeto a su horario de rumia ese aporte crecería cuatro litros más por cada una.

Basilio González Adega, médico veterinario con muchos años en la ganadería, considera que entre las causas que atentan contra el crecimiento del ganado bovino está el bajo índice de natalidad, pues ningún animal con estrés o pérdida de peso se gesta, el celo de la vaca es un lujo.

De las que logran preñarse, señala Basilio, más del 10 por ciento abortan por el trauma que le ocasionan las más de 13 horas sin alimentos y agua al estar recogidas (mucho antes de las seis de la tarde de un día hasta pasadas las seis de la mañana del otro) para no ser víctimas de ladrones matarifes.

Esta situación trae por consiguiente que la mortalidad se dispare, porque al pasar más de la mitad del día sometidas a un encierro obligado, quedan, apenas, entre ocho y 10 horas para estar frente a un pasto que no reúne las exigencias de un rumiante, pero, que tampoco, se aprovecha al máximo por el deficiente manejo.

Otro factor negativo apunta al alto porcentaje de sacrificios, el cual puede disminuir si solo se llevara al matadero el animal que no esté apto para la reproducción, manifiesta el médico veterinario.

La ganadería cubana, y la avileña, específicamente, está deprimida, comenta Basilio: “Si nuestro ganado durmiera en los potreros el índice de natalidad fuera un 10 o un 15 por ciento superior, el de las muertes un dos por ciento inferior, los animales que se llevan a sacrificio alcanzarían 30 kilogramos o más de peso y cada vaca en ordeño daría, como mínimo, un litro de leche más”.

Esto -asegura Basilio- nos proporcionaría en el actual año, comparado con el anterior, unos seis mil 300 nacimientos más, 427 toneladas más de carne con igual masa sacrificada, las vacas en ordeño entregarían cuatro millones de litros de leche más y se reducirían las muertes en tres mil 446.

Explica que al igual que en el ser humano, el estrés en los animales es fatal, y en el caso de las vacas que están sometidas a un deficiente manejo incrementa la adrenalina en su cuerpo, lo cual inhibe a la hormona oxitocina, que influye directamente en la producción de leche.

Estadísticas que lleva el experimentado veterinario dan cuenta de que en los últimos 12 años la masa ganadera en Ciego de Ávila decreció en más de cinco mil 100 cabezas anual y en el 2023 el número fue mayor de 13 mil animales, lo que llevaría, de continuar así, a la desaparición de la ganadería bovina en los próximos 25 o 30 años. 

Son muchos poquitos los que interfieren en el cumplimiento del plan de leche en la actualidad, mas, no es imposible acercarse, al menos, a la cifra pactada, porque se sabe que no todas las cantidades que se originan en los campos van a parar a la Industria.

Este es un alimento completo, pero ante su carencia se da prioridad a niños, enfermos y embarazadas, sectores poblacionales que se protegen por ser muy vulnerables. No permitamos, entonces, que personas sin alma lo diluyan con agua y otros demonios (sustancias y elementos nocivos) que afecten su composición, y pueden provocar consecuencias, hasta fatales, en la salud humana.