Edel Hernández Bustos tiene 35 años, es Ingeniero Químico y casi una década de su vida ha transcurrido entre barriles de ron, botellas y etiquetas de los diferentes productos que comercializa la Empresa Ronera Eladio de Marcos Hernández o la Ronera de Cárdenas, como también se le conoce.
Hernández Bustos cuenta que las puertas de esa entidad se abrieron para él luego de que el antiguo tecnólogo de la “Eladio de Marcos” decidiera retirarse, primera oportunidad que encontró como joven recién graduado de la Universidad de Matanzas; “me llamaron porque tenía la experiencia de mis prácticas laborales y había desarrollado trabajos sobre la producción de ron y la destilación de alcohol”.
Edel actualmente se desempeña como Especialista A en Procesos Tecnológicos de la Industria Alimenticia y resalta en su oficio lo dinámico del camino para lograr un líquido posicionado entre lo más tradicional de Cuba.
Mi trabajo es muy activo –explica-, tenemos que estar todo el tiempo vinculados a la tecnología, estudiar sobre los consumos de materias primas, buscar la eficiencia en los procesos; debemos innovar en las piezas de repuesto de las máquinas y equipos que intervienen en la producción, nos mantenemos todo el tiempo en busca de nuevas ideas para la continuidad de nuestras técnicas.
El tecnólogo otorga valor a la superación y ahora cursa una maestría, lo que considera posible en gran medida gracias al apoyo y las posibilidades que brinda su centro: “Han puesto a mi disposición todo lo que la empresa ha podido para mi crecimiento como profesional”.
Valioso para Edel resulta sin dudas el vínculo con quienes ya poseen varias décadas de experiencia en la fábrica: “Desde que comencé trabajamos en equipo, colegiamos las ideas y llegamos a una conclusión entre todos”, expresa el entrevistado.
“Desde el día que inicié mi trabajo allí también arrancó mi aspiración por llegar a ser Maestro Ronero y aportar al proceso con las ideas y conocimientos que me dejó la universidad, quiero hacer de ello algo común y con continuidad”.
Para aspirar a Maestro Ronero, debe ir con pasos firmes, por ello cuenta que se prepara en cada uno de los procesos que se realizan en la fábrica y aprovecha la oportunidad de tener cerca a otros maestros para rellenar las lagunas que posea sobre el añejamiento, la destilación y otras cuestiones de este ámbito.
Casi 10 años de experiencia brindaron a este joven oportunidades provechosas, más de un evento de la industria ha presenciado junto a otros de sus compañeros; la presentación de la nueva imagen de los rones Varadero o de los conmemorativos por los aniversarios 325 y 330 de la fundación de San Carlos y San Severino de Matanzas, son solo algunas de las vivencias.
Me siento realizado como profesional, ver como a bartenders, consumidores y profesionales, les gusta el producto final, es algo bien alentador, concluye Edel Hernández Bustos, joven de la Ronera de Cárdenas que encuentra entre licores y rones, la obra de su vida.