Sentir en la mejilla el golpe dado a otro hombre fue un gran mérito de Máximo Gómez Báez. Desde Santo Domingo arribó a Cuba y en poco tiempo se incorporó a la lucha por la independencia a la que dedicó 30 años.
En República Dominicana, su terruño natal, combatió en las filas peninsulares durante la primera mitad de la década de 1860 por la re-anexión con España, y en 1865 llegó a Cuba como oficial de la reserva militar, para refugiarse luego de ser derrotada la causa en su país.
Aunque en la Isla trataría de explorar la tierra muy pronto cambiaron sus intenciones, al ver la explotación esclava en los cañaverales. Su sentido de la justicia y del deber lo impulsaron a incorporarse a la gesta emancipadora iniciada por Carlos Manuel de Céspedes.
Con grandes capacidades como estratega militar, se convirtió en figura emblemática de la lucha anticolonial y antiesclavista, enseñó a los cubanos a usar el machete como arma de guerra y a destruir las riquezas españolas con la Tea Incendiaria.
Sabía emplear el clima como aliado, para él sus mejores generales eran julio, agosto y septiembre, meses en los que las plagas, las lluvias y el calor hicieron mucho daño a las filas enemigas y los mambises pudieron usar esto a su favor.
Máximo Gómez fue general de generales, bajo sus órdenes se forjaron revolucionarios como los hermanos Maceo y Calixto García, quienes guiados por su conducta y proezas lo vieron llevar a cabo la campaña a Occidente, en la que aplicó maniobras estratégicas como el Lazo de la Invasión, además de diferentes operaciones militares, la Campaña Circular y otras acciones.
El Generalísimo fue quien derrotó a las tropas de la metrópoli en la Batalla de Las Guásimas y las burló en el cruce de la trocha de Júcaro a Morón.
Hasta sus últimos momentos pensó en la política cubana, reorganizarla y encauzarla hacia lo plasmado en el documento que para él regía el destino de una Cuba independiente: el Manifiesto de Montecristi.
Este 18 de noviembre se conmemora el aniversario 188 de la llegada al mundo de uno de los primeros ejemplos de internacionalismo que conoce el pueblo cubano, Máximo Gómez El Generalísimo, quien se sentía dominicano de nacimiento y cubano de corazón, descrito por El Apóstol José Martí como un ser grande en la guerra y digno de paz.