Fábrica de Palabras es un intento de aprovechar la palabra en todas sus manifestaciones, la hablada, la escrita, la pensada. A través de ella podemos crecer, aprender, desarrollarnos, comunicarnos, veo la palabra como el centro de todo, el centro de la vida, explica Tania Jiménez Acevedo, coordinadora general del joven proyecto.
La instructora de arte del Instituto Educativo Especial Héroes del Goicuría, en la demarcación de Peñas Altas de la ciudad de Matanzas, comenzó allí la experiencia que, además, ahora extiende a la comunidad donde ella reside, en la barriada de Pueblo Nuevo.
Procura la iniciativa medioambiental y de crecimiento personal, crear conciencia sobre el cuidado de la Madre Tierra y la diversidad de la vida, así como también fortalecer la cultura general y de apoyo escolar mediante la participación y el diálogo horizontal.
Por encontrarnos en un entorno natural, por la necesidad de preservar las especies, la salud del lugar donde vivimos y de formar personas felices y responsables, fundamos el proyecto que imbrica a niños y a sus familiares de la mano de la cultura popular y el conocimiento, asevera la profesora de teatro y Licenciada en Comunicación Social.
Trabajamos en el diagnóstico de la comunidad donde a su vez nos enfocamos en resolver situaciones a personas de la tercera edad con necesidades de atención motivacional; el trabajo en equipo y la unidad son dos aristas a potenciar durante las dinámicas de intercambio, añade Jiménez Acevedo, integrante de la Red de Educadoras y Educadores Populares Libélulas de Matanzas.
En el caso de la escuela, hay pocos recursos, muchas de las cosas que existen es porque la gente las ha traído y yo me disfrazo, me pinto, hago historias, sembramos una planta, en cada actividad cambio la acción y trato de llamar la atención para mostrarles a los infantes que hay otras formas de hacer y aprender sin tantos recursos materiales, junto a las bibliotecarias, comenta.
La metodología de la Educación Popular resulta medular en el proyecto -resalta Tania-, porque es justa esa forma de acercarse a las personas, a la comunidad, desde lo inclusivo, todos participan, no es que yo te voy a dar algo, es que hay un dar y un recibir, es enseñar y aprender.
Dibujos, juegos y adivinanzas se incluyen en las dinámicas de Fábrica de Palabras, experiencia cuyos mayores impactos, por ahora, están en lo emocional, en lo comunicativo, en salir de lo cotidiano y emprender acciones que avivan y enseñan.