Ante las tantas carencias, obstáculos y dificultades que vive hoy Cuba me pregunto cómo a diario se las ingenian esos productores y colectivos destacados como los mencionados hace unos días por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República.
Por suerte y enhorabuena no son los únicos entregados con mucho amor y voluntad a los deseos de sacar adelante a su país, pero sí devienen excepción y ejemplo para aquellos que en similares o mejores condiciones, y posibilidades de hacer más, apenas cumplen sus planes y hasta ocasionan pérdidas a la economía y la sociedad.
En el discurso de clausura del Tercer período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su X Legislatura, el mandatario cubano señaló que los recorridos por los municipios "nos dejan claro que Cuba cuenta con mujeres y hombres capaces de sobreponerse a la inhumana gravitación del bloqueo estadounidense.
"Hemos visto, acotó, tierras cultivadas que antes estuvieron infestadas de maleza; pequeñas fábricas nacidas de espacios antes inútiles; hemos conversado con colectivos laborales a quienes distingue un profundo sentido de pertenencia, de satisfacción por lo que va naciendo del esfuerzo sostenido; y marcados por una dirección que sabe proponer con audacia en estos casos, que se enfoca en las soluciones y que ha desterrado la palabra “derrota” de la filosofía cotidiana.
Cuando nos adentrarnos en las historias de vida de algunos de esos héroes y heroínas -anónimos en su mayoría-, o en las hazañas de los trabajadores de un centro, cooperativa o Mipyme destacados, suelen salir a flote el haber vencido lo imposible, o en lugar de justificaciones haber encontrado soluciones.
"Hoy una de las preguntas más importantes que debe inquietarnos es cómo podemos convertir esas historias de triunfo, esas vivencias excepcionales en tendencia, en un ambiente de logros que se vaya generalizando", dijo Díaz-Canel a los diputados para de inmediato subrayar:
"Cómo multiplicamos a los colectivos de los polos productivos de Jaramillo, La Caraña, Dolores, Cauto-La Yaya, La Minerva y El Alambre; la Empresa Agroindustrial Azucarera 14 de Julio que ha cumplido las últimas zafras; la UEB lechera Santos Caraballé de la Empresa Pecuaria Venegas; las UBPC Gispert e Iraelda Marzo García y su presidente Beto; las CCS Waldo Díaz Fuentes, Arides Estévez, Enrique Moreno y Emilio Herriman Pérez; los productores agropecuarios Rolando Benítez de Tahón, diputado a esta Asamblea; el joven Yariel Negrín, del proyecto de jóvenes productores en Placetas; Javier González en Güira de Melena.
También mencionaría a la familia Los Carlos en la UBPC cañera Tuinucú; los hermanos Velázquez en la CCS Cuba Va; los mellizos en la finca Santa Rosa; los productores usufructuarios Alex Raúl Castañeda y Yoandri Rodríguez, de la empresa agropecuaria de Cabaiguán; Euclides Veyrut, en la Isla de la Juventud; la finca de Raúl Concepción en la CCS Alberto Pis; el organopónico Las Celias en la UEB Tabaco, que constituye ejemplo de cooperación entre una Empresa Estatal Socialista y las Fuerzas Armadas Revolucionarias; el desempeño de empresas estatales como la Unión de Industrias Militares; la Empresa Roselló; las mipymes estatales Motores TahuCuba y COPEXTEL Soluciones; la finca agroecológica Los Tamarindos; los trabajadores heroicos de las termoeléctricas, por solo citar unos pocos ejemplos de ese impresionante avance hacia la prosperidad con las propias fuerzas.
La lista podría ser bien extensa cuando ante tantos y diversos problemas hay que crecerse, incluso con la urgencia que reclama actuar al ocurrir, por ejemplo, una avería que paraliza el suministro de agua a parte de la capital, o en la descarga con prontitud de ese barco recién llegado con el arroz de la canasta familiar normada que esperan en la región oriental.
Horas antes de que en sus palabras al Parlamento el Primer Secretario del Comité Central del Partido señalara haber sido testigo de alentadoras experiencias –algunas admirables– que hablan de todo cuanto puede hacerse, incluso en las circunstancias más adversas, precisamente ese último día de sesiones de la Asamblea Nacional entre las leyes aprobadas estuvo la del Sistema de Títulos Honoríficos y Condecoraciones de la República de Cuba.
Con ella se ordenan y perfeccionan las disposiciones normativas vigentes, en correspondencia con las realidades y desafíos de la Cuba de hoy, de manera que sin olvidar la historia vivida podamos reconocer ante todo las hazañas y méritos de quienes en cualquier rincón de este archipiélago, bajo una economía de guerra, escriben en silencio páginas de heroísmo.
En medio del pesimismo, la desesperanza, la incertidumbre de quienes podrían haber perdido la fe en la Revolución, para esos hombres, mujeres o colectivos, tal cual afirmara el poeta "¿quién dijo que todo está perdido?".
A fin de cuentas ellos, y muchos más, a diario ofrecen su corazón, sabedores de que creer que todo está perdido es rendirse, desconfiar, corromperse... Entonces ojalá podamos multiplicarlos o clonarlos.