El contacto con el lugar despeja cualquier duda sobre el nombre, cuando el visitante descubre la forma natural y copiosa en que se reproduce la güira cimarrona, en variedad adaptada a las condiciones del suelo. Han plantado especies similares, sin embargo, no prosperan.
Enclavado en el área protegida Reserva Ecológica Centro y Oeste de Cayo Coco, el Hotel Sitio La Güira es espacio donde confluyen múltiples atractivos para el desarrollo de modalidades turísticas que diversifican las opciones en Jardines del Rey, destino de sol y playa situado en el norte de la provincia Ciego de Ávila.
HISTORIA, CULTURA Y TRADICIONES
Desde su fundación en febrero de 1996, esa instalación ─en la actualidad perteneciente al Grupo Hotelero Islazul─ ha recibido visitantes de más de 60 países, incluidos franceses y alemanes, motivados por un ambiente ideal para el descanso, la observación de aves, la degustación de exquisitas bebidas y platos de la cocina tradicional cubana, y el trato cortés y personalizado.
Roberto Dámaso Tent, director del singular rincón, alude a la historia como elemento que suscita el interés de los viajeros al conocer sobre más de 600 carboneros asentados en ese terruño durante el periodo de los años 1950-1960, cuyas producciones eran trasladadas hasta la localidad de Punta Alegre, luego a La Habana y desde ahí se exportaban al sur de la Florida, en los Estados Unidos.
Empleado como combustible en los restaurantes de esa región, el carbón vegetal que se producía en ese islote era reconocido por desprender una llama azulosa e impregnarle sabor distinto a los alimentos, comentó.
La vida de aquellos trabajadores resultaba muy difícil, sobre todo por la presencia de mosquitos muy agresivos, al extremo de que para descansar debían humedecer los mosquiteros con mezcla de petróleo y agua.
Tal era la ferocidad de los diminutos zancudos que el paraje fue seleccionado para probar la efectividad de productos destinados a eliminar esos insectos en varias regiones latinoamericanas.
Recrear los modos y medios de vida de los antiguos carboneros devino uno de los propósitos cuando se seleccionó el lugar y se materializa con creces en todos los espacios, incluidas 10 cabañas con nombres alusivos a personajes típicos y a los trabajadores que fallecieron en los últimos años, esto último como reconocimiento a su esfuerzo para el progreso de la instalación turística.
Las cabañas tienen la peculiaridad de estar construidas al estilo varentierra, con madera y yagua fundamentalmente, sin embargo, poseen una fortaleza que les permitió rebasar la fuerza de los vientos del huracán Irma a su paso por la cayería norte avileña en septiembre del 2017.
Su imagen rústica del exterior se quiebra tras la puerta cuando los clientes acceden a una habitación moderna, con óptimas condiciones para una estancia agradable, sin renunciar a las esencias de un sitio donde con certeza se busca algo diferente a la suntuosidad de los establecimientos hoteleros predominantes en ese polo.
Posee “La Güira” el privilegio de obsequiar un entorno natural y menos antrópico, en el que la tranquilidad apenas es perturbada por el sonido de las aves y varios animales de corral, como gallos y gallinas, que acentúan el ambiente de ruralidad, más consecuente con la relación de interdependencia entre la industria del ocio y la naturaleza.
Puede el cliente acceder a la alimentación de los animales, degustar variedades de frutas tropicales que crecen en los vergeles, con la peculiaridad de ser muy dulces por las condiciones del suelo y el clima, explica el director.
Los árboles, pequeños huertos y conucos, además de recrear la vida de antaño y facilitar la participación de los turistas en actividades propias del agroturismo, contribuyen al autoabastecimiento para la gastronomía.
Dámaso no deja de mencionar la Casa del Tío, que refuerza las esencias de “La Güira” como entorno ideal para el turismo rural y donde no descuidan ninguno de los elementos típicos de las viviendas del campesinado, considerando la estructura de madera y guano, la ambientación y otros detalles como la comida criolla y el café carretero (en colador).
POR UN TURISMO SOSTENIBLE
Sitio La Güira se muestra como producto turístico en constante evolución, teniendo en cuenta las continuas mejoras en la infraestructura, el posicionamiento en el mercado y, en consecuencia, altos niveles de productividad, de manera que con ocho trabajadores generan mensualmente ingresos que sobrepasan el millón de pesos.
Y eso, aclara la propia fuente, está relacionado con la calidad de los recursos humanos, que son pocos, pero se caracterizan por su calidad, sentido de pertenencia y disposición para ofrecer un trato que satisfaga las expectativas de los visitantes.
El éxito está favorecido, además, por la alineación con tendencias internacionales del turismo que apuntan a modelos de producción y consumo sostenibles, orientados al desarrollo de las fuentes renovables de energía, el ahorro de agua y la aplicación de principios de la economía circular.
En ese trayecto promueven el reciclaje y la sustitución de los plásticos de un solo uso por materiales reutilizables o alternativas apropiadas para el lugar, como la construcción de vasijas con güira o barro, y la incorporación de envases de yagua para el consumo de alimentos, fundamentalmente comida tradicional cubana, sin perder la elegancia y, también, en la apuesta por lo auténtico.