José Martí, luz y llama

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ACN - Cuba
Marta Gómez Ferrals
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26 Enero 2025

   Luz iluminadora del discernimiento y llama ardorosa convocante al combate raigal y definitivo por la Patria, es y será siempre para los cubanos José Martí, nacido el 28 de enero de 1853 en la calle Paula, hoy Leonor Pérez en memoria de su madre, en el corazón de La Habana.

   A 172 años de su natalicio vuelve entonces el jubileo y la dicha al rememorar la venida al mundo de aquel niño de cuna muy humilde a quien, desde hace mucho tiempo, llamamos Maestro y Apóstol de la Independencia y es por derecho propio el Héroe Nacional Cubano y al mismo tiempo figura descollante latinoamericana y universal.

   Sobre todo, interesan a los Pinos Nuevos de hoy el Pepe Martí infante y adolescente, de alma sensitiva y humanista, devenida en patriótica poco antes de cumplir los 16 años y por eso abundan los cantos, los recitales y los actos cívicos y festivos en escuelas y plazas, con su efigie, el Himno Nacional y la bandera cubana presentes.

   Es muy hermoso que en sus natales predomine el orgullo y la alegría, aunque no se olvide que entregó su vida también muy temprano el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, recién comenzada la Guerra Necesaria que él había organizado con sacrificios y amor infinitos por la independencia de su amada Cuba.

   Siempre se sintió hijo de esta tierra ese primer vástago de familia de emigrantes españoles cuya cabeza era Don Mariano Martí, quien trabajaba en un puesto administrativo menor para el ejército de su país, la ama de casa Leonor Pérez y seis hermanas.

   En la niñez Pepe estudió en escuelas asequibles a los menguados recursos familiares y en su formación fue decisiva la educación recibida en el colegio del patriota e intelectual revolucionario José María de Mendive, quien garantizó su instrucción en la adolescencia.

   La semilla plantada por sus formadores rindió frutos muchos años después, cuando desde el exilio en Nueva York y tras un periplo por varios países de América Latina, pudo concretar su proyecto de organizar la última guerra de independencia contra el colonialismo siendo un hombre de inteligencia y valores morales extraordinarios. Ello lleva muy probablemente al origen de su fulgor y llama.

   Ambas radiaciones de su figura llegan con poder multiplicador el día de su cumpleaños a sus coterráneos del presente, quienes trabajan y se empeñan en mejorar y edificar una nación soberana y justa, a contrapelo de un bloqueo económico, comercial y financiero que daña la vida, impuesto desde el exterior con fines hegemonistas.

   Los cubanos saben mejor que nadie los pelos y señales de esta realidad por momentos asfixiante y cruel que, sin embargo, no ha logrado reducirlos al desánimo ni la falta de fe. Gracias a hombres como José Martí y Fidel Castro, el eterno Comandante martiano, la Patria lucha por avanzar, crecerse y defender a cualquier precio su dignidad y derecho a ser libre.

   El principio de una República con todos y para el bien de todos, en actual plasmación, es sueño concebido por él para sus hermanos y por eso en cada aniversario se antoja que reina con gran fuerza. Por cumplirlo se vive cada jornada.

   También en estos días se torna más elocuente y restallante el amor, siempre permanente, a José Martí. Y se revitalizan pruebas de adhesión más académicas como las aportadas por los sistemas nacionales de investigaciones científicas y de enseñanza, creado bajo sus más puros preceptos, para desarrollar la inteligencia y capacidades intelectuales y humanistas, algo muy visible en la actualidad.

   En 1953 los jóvenes de la Generación del Centenario empezaron con mayor fuerza acciones y todo un movimiento revolucionario en el centenario de su natalicio, cuando creyeron que estaba a punto de morir nuevamente asesinado por la ignominia insostenible de la dictadura de Batista.

   Cierto es que muchos patriotas, historiadores, intelectuales en general y buenos connacionales a partir de su muerte dedicaron esfuerzos y hasta su vida entera a la honra y difusión del pensamiento iluminador martiano, pero el aporte desde la sistemática y el rigor de las ciencias sociales, llegaron con la Revolución triunfante el Primero de Enero.

   Desde el funcionamiento del Centro Nacional de Estudios Martianos, el Instituto de Historia, los Seminarios Juveniles Martianos, concursos ejemplares infantiles como De donde Crece la Palma y la publicación masiva y recurrente de su obra completa y Páginas escogidas resulta muy notoria la pasión por nutrirse de su acervo literario, humanista y político.

   Crece entonces el escrutinio de su obra entera, increíble en un hombre que solo llegó a vivir  42 años, plasmada en artículos periodísticos, discursos y ensayos medulares, en una novela y obra poética relevante, considerada inspiradora del aportador movimiento modernista en su tiempo.

   Tañen las campanas del alma en este nuevo enero con Martí naciente, ninguna otra memoria es más pura ni puede hacernos más felices en estas jornadas.