Por tercera ocasión La Habana obtuvo la sede del acto central por el Día de la Ciencia Cubana el 15 de enero y no solo por sus considerables capacidades, institucionales, sino también debido a la extensión de concertaciones y coordinaciones para la toma de decisiones en materia de aplicación de políticas científicas en sectores y lugares estratégicos e intercambios con colectivos especializados.
Su campo de acción incluye 151 entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación, nueve empresas de Alta Tecnología, un Parque Científico Tecnológico, una Fundación de la Universidad de La Habana; tres empresas de interface de Ciencia, Tecnología e Innovación y 15 centros universitarios, con el acompañamiento de las ciencias sociales y humanísticas.
Sin embargo, en su caso y a diferencia de otras ciudades en América Latina, no todos los recursos están concentrados en la capital, como lo demuestra el hecho de que la conmemoración en cuestión ya la celebraron Pinar del Río, Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, en tres ocasiones, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey, Santiago de Cuba y Granma.
En la práctica, para el desarrollo de programas y proyectos a fin de obtener productos y servicios que beneficien a la población y sus posibilidades de exportación, la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), contó con la colaboración de sus más diversos sectores, porque sus funciones los transversaliza, en los procesos encaminados a promover la innovación en el territorio, pese a la guerra generalizada y regenerada de Estados Unidos, contingencias energéticas, apagones, fenómenos hidrometerológicos y hasta sismos.
Consultada por la Agencia Cubana de Noticias, Osleidys Torres Valdespino, la segunda mujer que dirige esa representación desde su creación en 1994, dijo que hubo resultados positivos en la aplicación de programas y proyectos, y la participación en concursos. De los 84 premios de la Academia de Ciencias de Cuba, 61 pertenecen a entidades habaneras.
No obstante, llamó la atención de que había más de 23 mil profesionales, el 12 por ciento de los cuales investigadores categorizados, pero la mayoría de las instituciones no lograron compensar las bajas que continuaron su crecimiento, en lo que la estimulación económica desempeña un rol preponderante.
Al respecto, Armando Rodríguez Batista, el ministro más joven que ha tenido el Citma, mencionó la introducción de incentivos morales y económicos a los participantes en los proyectos de investigación, desarrollo e innovación, incluidos los estudiantes, a los autores de patentes y a quienes hagan aportes significativos a la economía y la sociedad.
Añadió que en 2024 lograron la consolidación de dos proyectos estratégicos de Gobierno a ciclo cerrado, enfocados en cuestiones de máxima prioridad, como los relacionados con el incremento de los ingresos en divisas, a partir de las exportaciones de bienes y servicios.
También la generación de energía, con énfasis en la de fuentes renovables, el aumento en la producción de alimentos, la creación de nuevos productos turísticos y el incremento de la eficiencia en la producción de níquel.
Exaltó el hecho de que por su favorable gestión en materia de ciencia, tecnología e innovación, el número de premios alcanzados, entre otros indicadores, la provincia de La Habana mereció la sede del acto central por el Día de la Ciencia Cubana, que se celebra cada 15 de enero desde 1990.
Tal acontecimiento ocurre tres décadas después de que el Comandante en Jefe Fidel Castro avizorara que la Patria contaría con brillantes hombres y mujeres que acumularían conocimientos para emplearlos en beneficio del pueblo, poco después del triunfo de la Revolución y cuando aún no había comenzado la Campaña de Alfabetización.
Aquella inquietante clarinada ocurrió en un discurso que pronunció en el acto por el XX Aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, en el paraninfo de la antigua Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, sucesora de la actual.