¿Cuántas veces hemos escuchado que la familia es la primera escuela del hombre o la base de todo? Pero, ¿qué es la familia?, ¿Nos definen las relaciones que tenemos dentro de ella?
La Doctora en Ciencias Psicológicas Patricia Arés Muzio, además, especialista en familia, dialogó con la Agencia Cubana de Noticias sobre el tema.
Según Arés Muzio la familia es la unión de personas que tienen un proyecto común de existencia y se basa en relaciones de reciprocidad, apoyo mutuo, amor, solidaridad. Tiene, a su vez, la función de brindar seguridad y satisfacer las necesidades psicológicas básicas desde la niñez.
Al tomar este concepto que desde la Psicología se le da a ese grupo de individuos, resulta entonces válido conocer qué tipos de familias existen en la Cuba de hoy, pues tan diversas como las personas son las configuraciones de filiales que existen.
Las ideas retrospectivas e idealizadas de que la familia está constituida por un hombre y una mujer en una relación legal, matrimonial para toda la vida, con la intención de criar hijos, ya han quedado atrás en la historia, explicó Arés Muzio.
Son muchos los cambios afrontados por la sociedad, que modifican de una manera u otra a las estructuras familiares, entre ellos, el divorcio- la Isla fue el primer país de América Latina que lo hizo legal-, las separaciones, las migraciones, las transformaciones demográficas.
La familia cubana, dice la especialista, tiende en todo momento a sumar personas en lugar de separarlas, por lo que fenómenos como el divorcio y las separaciones generan que más personas se unan a este grupo.
HACIA UN MODELO DE FAMILIA CUBANA
En Cuba, refiere, ya no se puede hablar solo de maternidad o paternidad, sino que cada niño cubano tiene como una comunidad, un sistema parental alrededor que lo apoya en su crianza.
Aquellas personas, que luego de divorciadas, vuelven a tener pareja y llevan a esta los hijos de anteriores matrimonios, forman una nueva configuración que se clasifica de reensambladas o reconstituidas.
También existe en la nación hoy una fuerte presencia de familias monoparentales, en las que la madre o el padre llevan solos la custodia de su descendencia y deben cumplir diversos roles sociales.
Explica Arés Muzio que en la estructura de convivencia, que salió en el último Censo de Población y Vivienda, un 13 por ciento de infantes cubanos conviven con sus abuelos, ya sea porque los padres emigraron o se encuentran de misión.
Debido a la situación demográfica de la Isla, donde el índice de fecundidad es bajo, el saldo migratorio alto y la esperanza de vida muy alta, existen muchas familias con un alto grado de envejecimiento.
Según la doctora, en el 64 por ciento de las familias en Cuba hay un miembro de la tercera edad.
Hay convivencia en las familias trigeneracional o cuatrigeneracional, lo que conlleva a que el funcionamiento interno se encuentre más encaminado al cuidado del adulto mayor que al de los pequeños. Muchas crisis dentro de este núcleo se deben a esta situación. Vemos a muchos adultos de la tercera edad cuidando a los de la cuarta edad, afirma Arés Muzio.
Otra tendencia en la Mayor de las Antillas es la presencia de hogares con un solo miembro. Por lo general estas personas han tenido una esperanza de vida alta y enfrentan la migración de su hijo o hija adulta; han enviudado o perdido a sus antecesores.
En la historia de un cubano pueden coexistir varios sistemas parentales a lo largo de todo su desarrollo. Por ejemplo, esta psicóloga ha atendido en sus consultas a personas que han pasado por al menos cuatro configuraciones familiares, debido a los cambios que ha experimentado a lo largo de su existencia.
Las uniones consensuales generan otras configuraciones que también son tenidas en cuenta por la especialista, quien incluso alega que en la ínsula se están equiparando estas con el porcentaje de uniones legales.
Si son tantas las variedades de configuraciones que hay en la sociedad cubana actual, ¿existirá entonces un modelo de familia perfecta?, ¿una a partir de la cual los individuos puedan guiarse para conformar la familia ideal, donde todo funcione a la perfección?
Arés Muzio manifiesta que esto es imposible. El modelo de familia perfecta no tiene que ver directamente con quienes la constituyen, su funcionalidad reside en determinados procesos psicológicos que permiten el desarrollo sano de sus miembros.
Hay que desprenderse de la idea de la familia biparental, conyugal, legal como la garante para todas las funciones familiares. Porque esto es un concepto idealizado y retrospectivo que no se ajusta a la realidad hoy día, dijo la entrevistada.
MÁS QUE UNA FAMILIA IDEAL, UNA FAMILIA FELIZ
Si bien, como ya se explicó, no existe tal modelo de familia perfecta, sí hay ciertos consejos o pasos a seguir para tener una familia feliz. Lo cual debería ser el ideal de todas aquellas personas que deseen convivir en bienestar.
Para la doctora Patricia Arés Muzio lo primero a tener en cuenta es el respeto. Según ella se están viendo hoy día muchas faltas de respeto, sobre todo hacia las personas mayores, quienes requieren de cuidados. Hay que fomentar un amor que valide a los otros como seres humanos y no que los niegue.
Tener límites dentro de la familia que midan la justa medida en el comportamiento de cada cual es también muy importante para lograr este objetivo. En especial ese consejo está dirigido a los hijos. Explica la psicóloga que los padres tienen que saber diferenciar entre lo que ellos demandan y lo que verdaderamente necesitan, una estrategia que ayuda mucho a la convivencia sana.
La comunicación afectiva entre los miembros de este grupo es esencial, hoy en día se ha instaurado una dinámica cotidiana maltratadora, debido a la celeridad de la vida, lo cual va dejando secuelas que luego son difíciles de olvidar. Se debe rescatar el trato ameno, el decir: ¡Buenos días!, ¿Cómo estás?, ¿Qué tal ha ido tu día?, aseguró la psicóloga.
A través de la propia dinámica familiar se debe ir descubriendo también el sentido o ruta a seguir en la vida. En este mundo –dijo Arés Muzio- hay una cierta confusión entre vida confortable y vida feliz, por lo que las personas pueden distraerse de lo que verdaderamente es importante.
Por último alertó la especialista que hay que saber cómo manejar el poder. La familia es un grupo de desiguales donde inevitablemente emerge aquel. Por ello resulta necesario no reprimir a los otros, en pos de tener un desarrollo pleno como seres humanos.
Si se le pregunta a un cubano qué es lo más importante para él, lo más probable es que responda, sin pensarlo: la familia. En la Isla existe un fuerte apego hacia este grupo social, por tanto, se requiere cuidarlo y preservarlo y pensar en cómo las acciones diarias repercuten en él.