Lo que necesita un bombero, según Robert Yunior , según Robert Yu

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ACN - Cuba
Laureen Batista Roselló I Foto de la autora
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05 Agosto 2024

   Robert Yunior Vega Acosta cuando no suena la alarma se acuesta en el piso del Comando 1 de Bomberos de Matanzas, como si fuera el mismísimo suelo de su casa, la que está a dos cuadras del Cuartel Enrique Estrada. Allí, entre camiones y seres de coraje se siente a gusto.

    El Jefe de Compañía del Comando 1 a los 12 años se hizo bombero voluntario, a los 13 vio arder su propia vivienda y a los 25, a la voz de ¡Morir por la Patria es vivir!, instó a sus compañeros a crecerse ante un incendio que jamás olvidarán: el del 5 de agosto de 2022 en la zona industrial de Matanzas.

Primeros años de un “niño bombero”

   “Me gustaba ver a los bomberos desde chiquitico, miraba sus camiones y era como ver un dios o un ángel. Cierto día llegaron los bomberos voluntarios a mi hogar, hicieron voluntario a mi papá y vinimos para el Cuartel Enrique Estrada; nos montamos en el carro rumbo a un siniestro en una vivienda. Yo lo miré todo curioso, ahí me hice voluntario, tenía 12 años.

   “Con 13 hubo un incendio en mi casa y fueron de aquí, del Comando 1 a apagarlo, yo sí veía a los bomberos yendo a otros hogares a extinguir el fuego, pero que la casa de uno, que quiere serlo, coja candela…

   Me sentía triste porque perdíamos las cosas pero estaba orgulloso de verlos trabajando. Yo era deportista, estudiaba lucha en la Escuela de Iniciación Deportiva (Eide), no obstante al ver cómo salvaban a las personas me motivó más a ser bombero, cuenta quien al finalizar noveno grado declinó la posibilidad de entrar a la Escuela Militar Camilo Cienfuegos para dedicar la mayor parte de su tiempo a mitigar las llamas.

Enfrentarse a un incendio monstruoso

   Yunior Vega repasa al lado de una ventana del "Enrique Estrada" varios de los desastres que han marcado su arriesgada carrera, da detalles de ellos; sin embargo, hay uno que solo menciona al darle un pie forzado.

   El incendio en la Base de Supertanqueros fue como decir, el tope, apunta, hace una pausa y comienza a narrar:

   “Me tocó de guardia; uno dice, bueno si estás en tu casa es algo diferente, pero tener que enfrentarlo tú yendo al lugar, tomando las primeras decisiones, te cambia la mentalidad por completo sobre la manera de actuar de un bombero.

   Antes yo era más impulsivo, les decía: hagan esto, esto y esto que yo voy a entrar, con tal de cuidarles la vida, ahora sigo pensando igual no obstante lo hacemos todo en equipo, no es lo mismo trabajar solo que unidos, reflexiona el joven.

   "Ese día estábamos alegres y cuando nos dicen que había un incendio en un reservorio de combustible en la Base de Supertanqueros yo dije: nah, eso es mentira.

   “Estaba lloviendo y les dije, oye enciendan la espuma y el B8 (vehículo de bomberos) que nos vamos; en el camión íbamos haciendo bromas, hasta que reaccioné, me viré y hablé: Caballero…¡Morir por la Patria es Vivir!

   “Una vez allí, solo salí tres veces por pocos minutos; en una de esas cuando llegué a la casa estaba mi mamá llorando, me daban como desaparecido, todos se quedaron como si hubieran visto un fantasma; le pedí ropa limpia, le di un beso y le dije: tranquila que yo estoy en lo que me gusta, y me fui.”

   Robert Yunior no tiene dudas sobre el peor momento de esas jornadas cuando socavar el fuego parecía no tener fin; tras una explosión, no aparecían sus hermanos.

   "Luego de las honras fúnebres fue muy triste porque los tenía un día y al otro ya no.”

   Este Jefe de Compañía cuenta que una de las pérdidas que más le afectó fue la del Subteniente Elier Manuel Correa.

   “Un día estaba jugando con él y a los dos días estábamos en un hospital; el día de su muerte llegó la psicóloga, cuando la vi caminando hacia mí le dije, no me digan nada ya sé que mi hermano falleció.

Bombero en todas las vidas

   Lo que necesita un bombero no es tanto la valentía sino el sentido de pertenencia, de querer hacer pensando siempre en el pueblo, si no se tiene amor por el pueblo no se llega a ser bombero; luego están el honor de seguir y cumplir nuestros retos cada día, cada año, opina el entrevistado.

   Con el mismo tono seguro y cargado de orgullo con que ha llevado la conversación afirma: "Si me dieran la oportunidad, sería bombero en todas las vidas".