Aunque han transcurrido 24 meses desde su entrada a la Empresa Agroindustrial Azucarera Melanio Hernández, de la provincia Sancti Spíritus, a Marianelis Portell Martín le siguen apasionando tanto como el primer día las formulaciones, los laboratorios y el proceso de fabricación de esa sustancia cristalina.
Con 24 años y una labor reconocida en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), esta graduada de Ingeniería Química aún enmudece cuando se le interroga sobre su condición de delegada directa al XII Congreso de la organización.
Especialista de calidad y promotora incansable del papel que juegan las nuevas generaciones en una industria como la ubicada en el poblado Tuinucú, en el municipio Taguasco, Marianelis refirió cuán importantes son las motivaciones para desempeñarse en uno de los tres centros de esta región con delegados directos a la cita que ya se avecina.
“Para nosotros es muy importante que un joven se sienta estimulado desde diversos puntos de vista, que reciba apoyo, porque eso influye en su accionar y en el ejemplo ante los demás”.
- ¿Cómo llegas a liderar este comité de base?
Cuando comencé en el central, el secretario general del comité de base era jefe de área en una industria muy compleja, me proponen para este cargo e inmediatamente dije que sí puesto que había sido líder estudiantil y ya tenía alguna experiencia.
Todo va en la educación que una reciba en la casa, aseguró con evidente emoción. Mi mamá es una persona muy comprometida con todas las tareas y siempre me enseñó a cumplir con las responsabilidades que me fuera poniendo la vida y he tratado de hacerlo lo mejor posible para ser, a su vez, ejemplo para estos militantes que me acompañan.
Al inicio sólo eran tres miembros, hoy ya hay siete y 13 crecimientos previstos, empeño en el que Portell Martín ha jugado un rol esencial. Los jóvenes llevan mucha motivación, los puedes llevar hoy al campo, pero después de ese trabajo voluntario en el que cumplieron con todo lo previsto, los incentivas, compartes con ellos, los reconoces frente al colectivo, insistió sin descuidar sus funciones en el ingenio que asume en solitario la zafra en Sancti Spíritus.
Mensualmente, en el “Melanio Hernández” realizamos actividades para este universo juvenil y aunque a veces ni nosotros mismos sabemos cómo podemos con todo, tratamos de hacerlo lo mejor posible y apoyando en cada momento una encomienda económica tan trascendental como la producción de azúcar, acotó.
Y mientras avanzan las preguntas, Marianelis vuelve una y otra vez al rol del resto de sus militantes, quizás como muestra de que su participación en el congreso de la UJC constituye, además, un reconocimiento para ellos.
A pesar de ser un sector en el que predominan los trabajadores de más experiencia, su centro ha sido beneficiado con la incorporación de la carrera de técnico medio en Fabricación de Azúcar, y “hemos logrado tener gran entrada de jóvenes que mucho pueden aportar”, significó.
Las reparaciones que se han llevado a cabo en los últimos tiempos, por ejemplo, tienen la huella del quehacer juvenil, son obreros y especialistas que laboran hasta altas horas de la noche, asumiendo labores complejas.
- ¿Cómo imaginas a la UJC y a este XII Congreso?
En medio de un contexto económico tan difícil como el que vive Cuba y de influencias de todo tipo, es muy importante que se acompañe a los jóvenes, se les aporten argumentos para que puedan desempeñar su papel en todas las esferas y mi aspiración apunta a representar lo mejor posible a los azucareros, pero también a los de Taguasco y de Sancti Spíritus, en general, a sus sueños y aspiraciones, a sus preocupaciones.
Cuando pienso en la UJC, lo hago en una organización en que el funcionamiento de los comités de base no se rija sólo por reuniones y pagos de cotización, sentenció, y afirmó: Hay que demostrar la necesidad de que esos encuentros se conviertan en un espacio para plantear los problemas, pero también aportar soluciones y, sobre todo, socializar.
- Si tuvieras que elegir otra profesión, ¿volverías a ser Química en el sector azucarero?
No me imagino laborando en otro lugar, todo lo que sea derivado de la caña me gusta porque es uno de los procesos, desde el punto de vista de la carrera que estudié, más completos que existe. Además, siempre quise ser ingeniera química.