A cargo de una población superior a los cuatro millones de habitantes, el Centro de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de Santiago de Cuba procura mantener la excelencia en los servicios pese a las dificultades impuestas al sistema sanitario nacional por el bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos.
Con 37 años como rectora del ramo en la red oriental del país, la institución perteneciente al Hospital General Saturnino Lora se encarga de la atención a adultos con cardiopatías congénitas y adquiridas como aneurismas de la aorta, mixomas y valvulopatías reumáticas, intervenciones realizadas con corazón latiendo que redujeron la sistematicidad por los embates de la política genocida.
La actividad quirúrgica, con elevado costo en el mundo por la alta complejidad y avances de sus procedimientos, cuenta en el Cardiocentro santiaguero con profesionales de referencia nacional, sin embargo, no escapa de los azotes del inhumano bloqueo estadounidense, sostenido y arreciado por más de 60 años.
Equipamientos como el oxigenador, válvulas protésicas y vasculares y máquinas de ventilación y de circulación extracorpórea resultan imprescindibles en las cirugías, y el alargamiento de su vida útil constituye un reto debido a los obstáculos impuestos para la periódica renovación.
Justo Moisés Peña, miembro del equipo de dirección, significó el empleo recurrente de tubos endotraqueales, sondas, bolsas colectoras y otros insumos, pues el proceso posoperatorio se efectúa en la unidad de cuidados intensivos.
Antibióticos, anestésicos, anticoagulantes y drogas vasoactivas figuran entre los medicamentos más demandados en la especialidad de Cirugía Cardiovascular, así como medios de gasometría y reactivos para vigilar la correcta coagulación de la sangre, sin embargo, la reducción de la disponibilidad provocó el reordenamiento del servicio para mantenerlo activo, explicó el galeno.
Como práctica efectiva, el trabajo en equipo permite la selección de enfermos según el grado de severidad de la lesión detectada y, con ello, la recopilación de los recursos necesarios destinados a las intervenciones, estrategia agradecida por los dolientes y sus acompañantes.
A decir de Peña, pese a las jornadas retadoras para los profesionales del área, las intervenciones de extrema urgencia cuentan con la total disponibilidad de los medios precisos, y el malintencionado cerco económico fortalece a diario el quehacer de los especialistas y su mensaje de aliento.
Momentos difíciles atravesados durante la COVID-19 provocaron el aumento de las listas de espera en servicios como el de Marcapasos, pues con el retiro de las firmas y suspensión de ventas al país, más de una veintena de pacientes permanecieron ingresados a la expectativa de nuevos equipos.
La implantación de dispositivos no permanentes en los enfermos más críticos y urgencias médicas devino opción entonces, y mediante el estudio diario de los casos y aplicación de soluciones alternativas fueron preservadas las vidas hasta el arribo a la institución de más de un centenar de objetos al finalizar el año 2023.
Según refirió Héctor Mustelier, responsable del departamento de Relaciones Internacionales en la Dirección General de Salud del territorio, el apoyo altruista internacional ratifica la condena de la comunidad global al genocida bloqueo y favorece la vitalidad del sensible servicio, pues la recepción de medicamentos e insumos donados por grupos de solidaridad deviene aliento de esperanza para quienes los necesitan.
El ejemplo más reciente lo constituye la campaña Con la mano al corazón, promovida por la red de Asociaciones y Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo MediCuba-Europa y el Grupo de Solidaridad estadounidense Global Health Partners, a fin de recaudar fondos para la compra y envío de marcapasos a la Isla, afirmó.
La posibilidad brindada por amigos de Cuba de acceder a equipos con valores superiores a los 800 dólares cada uno, en tiempos tan convulsos constituye irrevocable muestra de apoyo y humanismo, subrayó Mustelier, pues la colocación de 10 dispositivos salva una decena de vidas y, a su vez, llena de esperanza a pacientes y familiares.
Al cuidado de dolientes que residen en Las Tunas, Holguín, Granma y Guantánamo, el Cardiocentro de Santiago de Cuba supera los obstáculos impuestos con especial éxito en intervenciones coronarias y la garantía del 95 por ciento de supervivencia.