La tercera edición del Premier 12 terminó para Cuba con la peor actuación en estas lides con apenas un triunfo, cuatro fracasos y un lugar 11 en el ordenamiento general con el mismo balance que Puerto Rico, República Dominicana y Australia, esta última la única selección a la que pudieron vencer y por diferencia de una carrera.
El béisbol es uno de los deportes más complejos y difíciles de interpretar por las múltiples variantes que ofrece sobre el campo y su infinidad de estadísticas; y resulta muy fácil comentar o analizar un partido o la actuación de determinado equipo en cualquier torneo una vez que cae el out 27.
Un swing o una decisión de la dirección puede cambiarlo todo en cuestión de segundos, hay factores subjetivos que pueden incidir en determinados momentos dentro de un desafío y por muchos estudios previos que se hagan jamás hay garantías de victorias.
Teniendo en cuenta estas premisas, siempre he defendido la tesis que en la pelota no hay buenas ni malas estrategias, solo salen bien o mal, dependiendo en muchas ocasiones de elementos que nadie puede controlar y que las más sofisticadas computadoras no pueden predecir.
Por tanto, en el deporte, la única manera de valorar el trabajo de un colectivo de dirección es por sus resultados, sobre todo si dentro de sus filas dispone de atletas con las herramientas necesarias para al menos, haber dejado una imagen diferente sobre el terreno de juego.
Cuba nunca salió como favorito para lograr uno de los dos cupos que la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol repartía en cada grupo para la superronda, con rivales como Surcorea (campeón en la primera edición), Japón (vigente monarca) y los anfitriones de Taipéi de China, tres países que, además, cuentan con sólidas ligas profesionales.
Sin embargo, después de un largo entrenamiento de varias semanas y de una beneficiosa gira por Asia donde pudieron adaptarse al cambio de horario y disputar varios partidos de confrontación frente a equipos de cierto nivel, había esperanzas de una actuación decorosa.
Eso no sucedió. Al final los peloteros cubanos, salvo algunas excepciones, quedaron muy por debajo de las expectativas y eso lleva varias lecturas.
A grandes rasgos y traduciéndolo a un lenguaje que los aficionados puedan comprender, tenemos tres dudas: se diseñó mal el plan de entrenamiento para llegar en óptima forma a la competencia, se hizo una mala selección de atletas o simplemente la calidad de los nuestros está muy por debajo de sus contrarios.
Este último punto no lo creo, teniendo en cuenta que varios de los integrantes de la escuadra ya han demostrado su nivel en otros torneos y ligas profesionales.
Para poner un ejemplo, entre los cuatro hombres de más rango dentro de la selección (Yoan Moncada, Erisbel Arruebarrena, Alfredo Despaigne y Ariel Martínez) apenas conectaron un par de extrabases, impulsaron tres carreras y dejaron un promedio ofensivo de solo de .203.
Es ahí donde volvemos al papel que jugó el colectivo de dirección de este conjunto. Nunca tendremos forma de saber si estuvo errada la convocatoria o si otros hubieran podido hacerlo mejor y tampoco podemos afirmar que se cometieron errores en la estrategia de entrenamiento, pero ahí están los resultados.
Las críticas caen con fuerza sobre ellos y bajo estas circunstancias no pueden hacer otra cosa que asumir las culpas, como ha hecho el manager Armando Johnson en las conferencias de prensa.
Algunos pensarán que no constituye factible hacer leña del árbol caído, pero lo que jamás puede pasar a partir de este instante es que la vida siga su curso normal, que se pase página y se comiencen a buscar estériles justificaciones como ha sucedido en algunos momentos en el pasado reciente.
Duele decirlo, sobre todo porque dentro de ese cuerpo técnico hay glorias deportivas que el pueblo quiere mucho por la impronta que dejaron en este deporte y las alegrías que le dieron a esta pequeña Isla, pero tienen que asumir sus responsabilidades.
Por último, hay que dejar claro que la cosecha de Cuba en este Premier 12 también es consecuencia de otros “demonios”, que atacan desde hace años a nuestro deporte nacional, que tienen que ver en su mayoría con temas económicos, pero eso será tema de próximos comentarios. (Boris Luis Cabrera, ACN)