Ramsés: luz y paz para Renacer

Compartir

ACN - Cuba
Melissa Mavis Villar De Bardet | Fotos: perfil de Facebook del actor.
71
11 Febrero 2025

   Por estos días en que la telenovela cubana Renacer llegó a su fin y ya se disfruta de "Sábados de Gloria", muchos extrañan a Roberto Romero, o mejor dicho a Ramsés, personaje que se ganó el corazón de los cubanos por su versatilidad y gracia.

   Renacer fue un logro para los actores de esta novela, sin embargo, muchos se dieron cuenta de que a uno de los pocos que no le tocó renacer fue a Roberto Romero, quien desde el principio demostró una notable capacidad para interpretar a un personaje orgullosamente gay, y que en todo momento defendió su identidad con un carácter justo y sincero, demostrando que en el ser humano importan más los valores que el género en sí.

   Precisamente su autenticidad y valentía captaron la atención de los espectadores, quienes valoraron su papel y la personalidad carismática y libre que se dejaba ver detrás de este.

   Me gustan los personajes con matices, que cuenten una historia y dejen una enseñanza al público, y Ramsés fue uno, comentó Romero.

   "Cuando me hicieron la propuesta de este casting, me encontraba todavía rodando El derecho de soñar, y confieso, tuve miedo de ser escogido por el hecho de grabar dos novelas una detrás de la otra, pero me enamoré de la esencia de Ramsés".

   Confiesa el entrevistado buscar siempre en cada papel esa magia y esa luz que no aparecen en el guión, y que muchas veces la pone el propio actor como si fuera un ingrediente más para que sepa mejor la comida.

   "No me gusta encasillarme.  Siempre intento encontrar algo que me saque de mi zona de confort y sea todo un reto como lo fue Ramsés, que sirvió de ejemplo e inspiración a quienes han enfrentado tales situaciones o no comprenden que esta comunidad no debe ser discriminada por su orientación sexual”.

   Ramsés fue un ejemplo de hombre, de gay y de persona en sentido general, aseguró el artista, quien disfruta e imprime siempre corazón a sus interpretaciones, viendo la actuación como una fiesta en la que bailar constituye un desafío físico-mental.

   A los 17 años, Roberto Romero llegó a su primera novela, y desde entonces se ha convertido en uno de los actores más populares de la televisión, por su facilidad para desdoblarse y asumir el rol que sea.

   “Ramsés siempre será una de mis personas favoritas, y creo que era súper importante hacer un personaje como ese en la Cuba de hoy. Me ha encantado ver cómo el público lo acogió y está al tanto de qué viene ahora”.

   Ya sea en el teatro, la televisión o el cine, cada una de sus interpretaciones deslumbra y enamora, pues logra conectar y dejar su esencia tanto en las tablas como delante de cámara.

   En Réquiem por Yarini, dirigida por Carlos Díaz, Premio Nacional de Teatro 2015, Romero interpreta uno de los cuatro Alejandro Yarini, famoso proxeneta habanero del siglo XX, cuya historia en el barrio San Isidro constituye leyenda en Cuba.

   “Desde que me gradué de la Escuela Nacional de Arte (ENA) y la Universidad de las Artes (ISA), comencé a trabajar con Carlos Díaz en Teatro El Público; este ha sido mi maestro por años y el teatro para mí, más que un templo, es casa.

   “Por el momento estoy haciendo una pausa en las novelas y regreso a las tablas, donde siempre me siento mucho mejor”.

   Este pinareño de nacimiento, además de actuar, admite tener parte de la locución ganada, lo cual le ha permitido hacer la presentación de reconocidos eventos como el Festival de la Canchánchara 2024, donde compartió escenario con sus colegas Ary Fonseca y Alejandro Guerrero Machado.

   “Constituyó una de las mejores experiencias que tuve en el 2024 y compartir con los trinitarios fue un momento único; creo que nunca en mi vida me había tomado tantas fotos como cuando  visité Trinidad como un bonito regalo que nos hizo la Egrem, donde pudimos experimentar y ver el resultado”.

   Para quienes siguen cada paso de este popular actor pueden disfrutar del estreno de la obra Smiley, por Ágora Teatro, que tendrá lugar jueves, viernes, sábados y domingos, hasta el primero de marzo en la capitalina Sala Adolfo Llauradó.

   Tal y como defendió en su rol de Ramsés, a Robert Romero le gusta la paz, y si tuviera que describirse a sí mismo con una palabra o describir lo que hace, utilizaría esta sin dudas.

   Me encanta esa palabra, abogo por el amor, la paz, y esto es lo que me produce actuar: calma, alivio, paz conmigo mismo, concluyó sin más.