Wendy García Marquetti | Fotos: de la autora
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08 Julio 2021

 

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Roberto Tamayo Martínez es un niño artemiseño, residente en Alquízar, que desde hace un tiempo eligió vestir el blanco de su dobok de taekwondo y practicar una disciplina donde las patadas y los puños lo llevan al triunfo.

Al deporte, relató su madre Lisandra a la ACN, llegó casi por casualidad tras ver un día una muestra realizada por otros chicos cuando solo tenía siete años.

De inmediato se acercó a su padre, metodólogo de control interno y cuadro en la dirección municipal de Deportes, y le dijo quería practicar taekwondo, mostrando desde el principio un gran compromiso, característica que le ha permitido superar con éxito los obstáculos y mejorar cada día.

El pequeño explicó que comenzó a aprender sobre este arte marcial como miembro del club Cazadores de Alquízar y cada día dedicaba horas de trabajo para perfeccionar sus técnicas y mejorar su elasticidad realizando ejercicios sobre el tatami y también en casa.

La llegada de la COVID-19 a Cuba y la obligada reclusión en el hogar pusieron a prueba el amor del alquizareño por esa disciplina, quien no dudó en buscar nuevas maneras para seguir su entrenamiento desde la seguridad de su vivienda.

Gracias a las nuevas tecnologías, contó alegre, pudo seguir mejorando su condición en compañía de su profesor y de otros que desde diversas partes del mundo le brindan orientación, consejos y corrigen sus movimientos con el objetivo de que mejore sus habilidades. A todos ellos agradece mucho por este acompañamiento.

Por esta vía Robertico también participó en los torneos online de la modalidad de poomsae, convocados por México y Argentina, en los cuales ejecutó una combinación de defensas y ataques en una línea de movimientos contra varios adversarios imaginarios, con muy buenos resultados por su excelente desempeño técnico en su categoría de 9-10 años.

En la más reciente competición de este tipo, el Primer Campeonato Internacional de Poomsae, efectuado de manera virtual por la Federación Cubana de Taekwondo (FCT) en abril pasado, obtuvo la medalla de bronce y fue el único niño de la provincia que alcanzó el podio, razón por la cual, Iván Fernández Quirós, presidente de la FCT, le entregó personalmente su cinturón azul.

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Declaró emocionado que este triunfo lo impulsó a aumentar su preparación en casa con el apoyo de sus progenitores, una aptitud muy positiva que le ayuda a perfeccionar sus movimientos y evitar lesiones, el principal temor de sus padres cuando inició en el deporte y que disminuye en la medida que mejora su nivel de preparación.

A esta victoria también debe agregársele los beneficios adicionales de las practicas, sobre todo en tiempo de pandemia, que le ha permitido entretenerse de forma segura, cuidar su forma física en el hogar sin arriesgar su salud y vencer al aburrimiento que ocasiona en los infantes la estancia permanente en el domicilio ante el necesario aislamiento social.

Pese a ser una medalla bronceada la ganada en el Primer Campeonato Internacional de Poomsae, para Robertico, su familia, sus compañeros del club y todos los artemiseños es de oro, porque demuestra el potencial del pequeño alquizareño para convertirse en un gran representante del taekwondo cubano y cómo sus patadas voladoras marcan su camino para llegar a lo más alto de los podios.

El taekwondo se destaca por la variedad y espectacularidad de sus técnicas de patadas, es uno de los deportes de combate más conocidos y el más popular del planeta que se vale solo de ejercicios de pies y manos, prescindiendo por completo del uso de armas, tanto tradicionales como modernas.