Desde que el 14 de junio último el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC) dio a conocer la designación de la provincia Sancti Spíritus como sede del acto central conmemorativo por el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, nadie sabe a ciencia cierta cuándo sus lugareños se toman un respiro.
En aluvión de trabajo que ha convocado a la comunidad toda, constructores, médicos, maestros, artistas, obreros, deportistas, transportistas, mecánicos o linieros transformaron sus rutinas para agilizar las labores que hoy, en cada rincón de esta geografía, consolidan resultados y le devuelven la lozanía a sus espacios.
Es la tercera vez que ésta región acoge las celebraciones por el 26 de Julio y, sin desconocer las múltiples problemáticas que preocupan a los espirituanos –o, tal vez, conscientes de cuánto puede realizarse para mejorar algunas de ellas-, lo hacen en una vorágine laboral que abarca múltiples sectores de la vida económica y social.
UN 26 DE JULIO CON FIDEL
La noticia la hizo pública la entonces Agencia de Información Nacional, actual Agencia Cubana de Noticias, el 24 de abril de 1986: El Buró Político acordó en reunión efectuada en el día de hoy que la provincia Sancti Spíritus sea la sede del acto central por el XXXIII aniversario del asalto al Cuartel Moncada.
Tal decisión acrecentó el entusiasmo y el espíritu creador del pueblo espirituano; pero la mayor apoteosis se vivió el 26 y 27 de julio, por la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Líder Histórico de la Revolución cubana.
Obreros, campesinos, estudiantes, cederistas ocuparon las 10 mil sillas situadas en la explanada del reparto Los Olivos, en la ciudad capital, y a continuación se congregaron decenas de miles de habitantes del territorio.
Cuando a las 6:00 de la tarde el reloj digital instalado en el edificio de 12 Plantas dejó escuchar un fragmento de la canción Pensamiento, del trovador Rafael Gómez (Teofilito), arribó a la tribuna el Comandante en Jefe.
¡Fidel!, ¡Fidel!, ¡Fidel! Era el mismo nombre que en cada sitio de la geografía cubana se coreaba al llegar el máximo líder de la Revolución, sin embargo a los espirituanos se les antojaba más vibrante y sonoro en esa ocasión.
La inmensa mayoría de la población del territorio vivió, aquel sábado, momentos de emoción y de sano orgullo, sobre todo cuando Fidel comparaba lo que era Sancti Spíritus antes y después de 1959; inmensa fue la alegría durante las dos horas y 42 minutos de duración del acto.
Amanecía el 27 y aún el guía de la Revolución permanecía en el terruño. A las nueve y 33 minutos de la mañana arribaba al Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente, que funcionaba desde hacía tres años con 774 camas de ingreso, pero sin inaugurarse oficialmente.
La entonces Facultad de Ciencias Médicas, la Escuela de Iniciación Deportiva, el aeropuerto y la Planta Potabilizadora que formaba parte de un conjunto hidráulico que permitió aumentar el suministro de agua del antiguo acueducto de la ciudad, estuvieron, además, en su recorrido.
2016: EN SANCTI SPÍRITUS SÍ SE PUEDE
Cuando el 11 de junio de 2016, los espirituanos conocieron que el territorio sería otra vez la sede del acto por el Día de la Rebeldía Nacional, la noticia corrió de boca en boca y en el parque Serafín Sánchez Valdivia se multiplicó la alegría; era la segunda ocasión en que se recibía el reconocimiento y desde ese instante el compromiso con la Revolución se acrecentó.
El incremento sostenido de los indicadores económicos y sociales, los avances en la producción azucarera y agropecuaria, la reanimación de más de 120 comunidades, sobre todo, rurales, los resultados en el desarrollo del turismo y un saldo positivo en la ejecución presupuestaria sustentaron la decisión.
Al calor del “26”, (re)nacieron parques, plazas y otros espacios públicos, se mejoraron los servicios de pediatría del Hospital Municipal de Trinidad o la situación de sus calles; mientras, la zona de Los Olivos acogió el Santiago Espirituano, una de las fiestas de más fuerte arraigo popular, y las instalaciones culturales se vistieron de lujo con exposiciones y presentaciones de libros.
Uno de los momentos más emotivos de las jornadas de júbilo y reafirmación revolucionaria fue la gala de Cuba en homenaje a las efemérides, suceso que desde lo más autóctono de eso que suelen llamar la espirituanidad regaló al mundo trova y zapateo tradicional, versos y pasacalles, algunos lucieron arreglos más contemporáneos que arrancaron numerosos aplausos.
Pero fue en las primeras horas de la mañana del propio 26 de Julio, cuando el General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Primer Secretario del Comité Central del PCC y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, hizo su entrada a la Plaza de la Revolución Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, que la urbe vibró de emoción.
Rodeados de las banderas cubana y del Movimiento 26 de Julio, miles de hijos de esta tierra mambisa y rebelde, hospitalaria y combativa abrieron sus brazos a amigos solidarios de varias partes del mundo, a protagonistas de la gesta moncadista, a combatientes de las luchas en la Sierra Maestra y el Llano.
A estar a la altura del reto que exige la Patria convocó en ese momento José Ramón Machado Ventura, quien fungía como Segundo Secretario del Comité Central del PCC, desafío que aún hoy, en medio de las adversidades, han sabido asumir quienes viven orgullosos de su Iglesia Parroquial Mayor y sus playas trinitarias, de sus vegas de tabaco y su tasa de mortalidad infantil, de sus terrazas arroceras y su Coro de Clave.