Un encargo de Fidel, obtener las mejores variedades de caña

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ACN - Cuba
Por Lino Luben Pérez
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16 Noviembre 2024

  El enunciado del Comandante en Jefe Fidel Castro en el sentido de que Cuba debería ser el país que tuviera las mejores variedades sentó las bases para la creación del Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar (Inica), con sus servicios especializados en el sector agroazucarero y estratégico por sus aportes en productos y servicios al consumo nacional y las exportaciones.

   Una iniciativa de esa magnitud la argumentó el máximo líder de la Revolución Cubana durante el Primer Fórum Azucarero Nacional, del 17 al 19 de septiembre de 1964, en La Habana, antecedido por debates técnicos en todos los ingenios del país, organizados por la Comisión Nacional Azucarera en su condición de organismo coordinador de las ramas agrícola e industrial de la producción azucarera nacional.

   Sugirió, entonces, la necesidad de agrupar a todas las estaciones experimentales, departamentos de universidades y personas que realizaban investigaciones agrícolas en la caña de azúcar y formar una institución científica única.

   Pocos días después, surgió el Inica en noviembre de ese año, por resolución del doctor Antonio Núñez Jiménez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, e incluso nombró como su director general al ingeniero Francisco Díaz Barreiro, quien se mantuvo en el cargo hasta agosto de 1968 y  llegó a ser considerado una de las cien figuras de la ciencia del siglo XX en Cuba.

   Con anterioridad, en octubre de 1961 Díaz Barreiro había sido designado por el Comandante Ernesto Guevara para constituir un Centro de Investigaciones de la Caña de Azúcar, mediante la agrupación de las Estaciones Experimentales privadas en Holguín, Camagüey y Matanzas, que originó la Organización para el Mejoramiento de la Producción Azucarera (Ompa).

El Inica de hoy

   El actual sucesor de Díaz Barreiro, Máster en Ciencias Arlandy Noy Perera, estimó que su fundación constituyó un hecho de gran trascendencia, debido al intercambio de información y resultados con profesionales de varias regiones de la nación, mejora de la infraestructura y recursos materiales para el desarrollo de las investigaciones.

   También en cuanto al crecimiento  del capital humano, con personal especializado en caña de azúcar, formado por la Revolución Cubana, comentó en declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias, con motivo de la reciente celebración del aniversario 60 de su centro.

   Para Noy Perera, la institución centra la atención en la cobertura de las necesidades de la agroindustria azucarera cubana, diversificación, obtención y explotación para la producción comercial de caña de cultivares de madurez temprana.

   Desde luego, añadió, todo encaminado al inicio de la zafra, la creación de condiciones de estrés biótico y abiótico, y el enfrentamiento a las implicaciones del cambio climático, entre otros, con el fin de hacerla más eficiente y competitiva.

   Atribuyó suma importancia a variabilidad genética, que se logró con la introducción de cultivares de orígenes geográficos con prospecciones realizadas en los países asiáticos o por la introducción de híbridos comerciales, desarrollados en el mundo cañero.

   Opinó que el avance de cualquier programa de mejoramiento genético depende del uso y conservación de los recursos fitogenéticos, los que proporcionan amplia variación, imprescindible materia prima como fuente irremplazable de caracteres de resistencia a plagas, tolerancia a ambientes adversos y productividad.

   En resumen, el desarrollo de las investigaciones del Inica ha estado relacionado con la utilización y manejo de los recursos fitogenéticos en el cumplimiento de su principal misión: la obtención de nuevos cultivares y su posterior extensión a la producción comercial, lo que le ha valido su rol protagónico en el país y evidencia la puesta en práctica de la idea de Fidel Castro de poseer sus mejores variedades. (Lino Luben Pérez, ACN)