Un siglo con La Fle o Petit Dancé

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ACN - Cuba
Roger Aguilera Morales
90
06 Abril 2025

   En 1917 llega a Cuba, procedente de Okay, Haití, Julián Hilmo Lansé. Durante tres años se mantuvo en Banes, Holguín, y luego se trasladó hasta Meriño, actual municipio tunero de Manatí.

   Allí se asentó en 1920, donde con la cubana Marina Eliat Sandy Nagot tuvo el primero de cuatro hijos en 1925, año histórico para la comunidad haitiana y la cultura en Las Tunas, porque el primogénito Antonio fue motivo para realizar un ritual en el que estuvieron involucrados los descendientes del país caribeño de esa comarca.

   Con el protagonismo de Marina, la ceremonia significó el comienzo de una era en este pedazo de tierra oriental, al surgir así el primer eslabón de una cadena con prácticas espirituales, música, danzas tradicionales y cultura culinaria, extendida hasta nuestros días, un siglo después.

   Los momentos de arraigo tradicional entre los haitianos se trocaron en la agrupación de aficionados conocida como La Fle (La Flor)

   Y en la medida en que la familia fue creciendo al conjunto se le incorporaron nuevos integrantes, y al fallecer Marina en 1963, queda al frente la más carismática y organizadora de todos: Silvia Hilmo (Titina), quien llevó a los muchachos a lo más popular y a un importante lugar en el mapa de la cultura en Las Tunas.

   En consenso entre la nueva batuta y los restantes miembros se decidió ponerle otro nombre al grupo: Petit Dancé (Pequeña Danza).

   Fue entonces cuando el apelativo de Titina y sus discípulos, empezó a trascender de su comunidad -Meriño-  para triunfar en la capital provincial y en eventos como el Festival del Caribe, de Santiago de Cuba, donde recibieron varios reconocimientos.

   Mientras en su provincia natal, ya los habían distinguido con la réplica del Machete del Mayor General Vicente García, máximo estímulo que se otorga en el Balcón del Oriente Cubano.

   Durante las tres décadas que lideró Titina (falleció en 2008), se afianzó el cultivo de las tradiciones franco-haitianas, representadas a través de la “Fiesta del Vodú”, del 23 al 25 de cada diciembre en homenaje a los dioses, así como la fiesta del gagá durante la semana santa.

   Los cantos y bailes de Petit Dancé están relacionados con la vida cotidiana, el amor y el trabajo, la música ceremonial y popular con el empleo de varios instrumentos, la mayoría construidos por los propios miembros, entre ellos bassin, pito, bostón, lambi, caolín, tambores radá y acordeón.

   Por estos días Petit Dancé celebra el centenario de su fundación. Han sido jornadas de agasajo y de recordación de Marina y de Titina, con el compromiso de mantener en alto los dos reconocimientos ganados a base de entrega y pasión: los Premios Nacionales de Cultura Comunitaria y de Memoria Viva.