Sancti Spíritus, 8 abr (ACN) Tener hoy dentro del grupo BioCubaFarma la responsabilidad de generar la mayoría de los anticuerpos monoclonales que necesitan muchos de los proyectos de investigación, ya sea para el diagnóstico o desarrollo de nuevos productos, es el mayor reto del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de la provincia de Sancti Spíritus a sus 35 años de vida.
En declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, el Doctor en Ciencias Enrique Rosendo Pérez Cruz, director de la institución científica, valoró como determinante en estos logros el crecimiento cualitativo de los estudios, de la mano de un colectivo revelador del espíritu fundacional de la ingeniería genética.
Es un ADN siempre activo desde las primeras generaciones hasta las más actuales, donde experiencia, juventud, sabiduría, talento y superación permanente son fortalezas para enfrentar todos los desafíos, refirió.
Y a ello se une la capacidad de desarrollar sistemas analíticos asociados a esa generación de anticuerpos monoclonales que tiene su primer momento en los quehaceres relacionados con la vacuna de la Hepatitis B, con el virus de la papa, hasta llegar a más de 180 hibridomas que producen inmunoglobulinas diferentes, un patrimonio de Cuba que distingue a productos farmacéuticos y que va en ascenso.
Pérez Cruz acotó que teniendo en cuenta estas realidades hoy están involucrados en proyectos tan importantes como la generación de anticuerpos para la vacuna contra el dengue y el oropouche, tanto para el diagnóstico como para la liberación analítica propia de esos estudios.
Dijo que también se consolida la línea de los diagnosticadores rápidos, de la cual fueron pioneros en el país, y con la particularidad de tener esos productos registrados, como es el caso de los que se usan para detectar el embarazo precoz, una prueba de alta fidelidad y efectividad, muy demandada, con presencia en la red de farmacia y los centros asistenciales de la Salud.
El director del CIGB del territorio aseguró que son los únicos que han registrado en Cuba diagnosticadores veterinarios para medir la eficacia de las vacunas contra la garrapata (Gavac) y para el mejor control de la peste porcina clásica (PPC).
Entre las fortalezas en el campo de la investigación, al centro localizado en áreas de la Universidad de Ciencias Médicas lo distingue el desarrollo de la tecnología enzimática de fruto oligosacárido patentada en 18 países y que encierra la producción de un catalizador biológico que transforma la sacarosa en un prebiótico.
Hemos cerrado ciclos de estudios clínicos con esta enzima, puntualizó Pérez Cruz, la hemos registrado y se presenta como suplemento dietético, con resultados alentadores en pacientes diabéticos y con hígado graso no alcohólico, a partir de las investigaciones realizadas en los hospitales Hermanos Ameijeiras, de la capital cubana, y Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus.
El CIGB de la provincia también muestra entre sus logros todo el quehacer relacionado con el uso del Heberprot-P (factor de crecimiento epidérmico humano recombinante) en el tratamiento de la úlcera del pie diabético, fármaco que ha disminuido las amputaciones y mejorado la calidad de vida de los pacientes en diversas naciones.
Para el Doctor en Ciencias Enrique Rosendo Pérez Cruz la manera en que el colectivo se involucró en los proyectos de investigación del país para enfrentar la pandemia originada por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19), y los resultados del trabajo demostraron la capacidad de la institución para asumir los más difíciles compromisos
Fuimos los proveedores de anticuerpos, de proteínas diagnóstico que usaron el Centro de Inmunoensayo y hasta el Instituto Finlay de Vacunas, los cuales demandaban los reactivos biológicos a Sancti Spíritus para la producción de los antídotos que salvaron muchas vidas.
Tres décadas y media después, en el mismo local fundacional del CIGB espirituano y con un colectivo capacitado y motivado, continuamos investigando y produciendo para bien de la salud y para el desarrollo agropecuario, en este último caso con los programas de extensión del cultivo del maíz híbrido transgénico y la soya transgénica, significó finalmente.