Desde Guantánamo, Osmany Garrido y los caminos de la ciencia

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ACN - Cuba
Dianelis Díaz Bueno Foto: José Manuel López
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29 Marzo 2025

Guantánamo, 29 mar (ACN) Cuando en 2007 Osmany Garrido Montoya -premio provincial de Citma 2025- entró por primera vez a las oficinas del Centro de Aplicaciones Tecnológicas para el Desarrollo Sostenible (Catedes) en Guantánamo, llevaba consigo algo más valioso que su título de ingeniero civil: una mirada práctica para convertir obstáculos en oportunidades.

   Desde ese primer momento, supo que aquel sería el espacio donde podría materializar su visión de un desarrollo tecnológico al servicio de las comunidades más necesitadas y sin perder tiempo, se vinculó a proyectos de investigación en energía renovable y medioambiente, donde coordinó desde sus primeros meses ambiciosas iniciativas en el Realengo 18, municipio de El Salvador. 

   Ahí estuvimos cuatro años desarrollando dos proyectos fundamentales: electrificación con fuentes renovables y recuperación de ecosistemas montañosos frágiles, relata a la Agencia Cubana de Noticias con especial cariño aquellos inicios.

  Fue precisamente el montaje de cocinas eficientes de leña -que mejoraron la calidad de vida de las familias campesinas- lo que marcó su primer gran éxito, un trabajo que no solo se expandió hasta Viñales, Pinar del Río, sino que les valió el primer premio CITMA provincial al centro en 2008

   El éxito de aquellos primeros proyectos solo alimentó su determinación, pronto trasladó su experiencia a nuevos desafíos, esta vez en la zona costera sur de San Antonio del Sur, donde Catedes tiene un polígono de transferencia y en el cual Garrido impulsó innovadores trabajos de recuperación de ecosistemas y, especialmente, el aprovechamiento de biomasa, fundamentalmente en las excretas porcinas para generar biogás.

   Entre 2015 y 2019 construimos más de 50 plantas de biogás en la provincia, y tal fue el impacto de esta iniciativa que incluso trascendió fronteras provinciales -llegó a Jiguaní, en Granma con sistemas de bombeo fotovoltaico- e internacionales, con una exitosa experiencia en Haití donde implementamos estas soluciones, explica con orgullo.

   A sus aportes significativos también se le atribuye adaptar refrigeradores por absorción para funcionar con biogás, un proyecto innovador de 2020 que les valió el Premio Provincial de la Ciencia; y un año antes, cuando colaboró con el Cenais en un  estudio sobre vulnerabilidad sísmica en Guantánamo y Caimanera. 

    El rigor de este trabajo, reconocido incluso por expertos en La Habana, le valió el Premio Academia de Ciencias de Cuba en 2023 y luego el Ministro del sector realizó un premio especial que también lo llenó de orgullo, "fue la confirmación de que, incluso con recursos limitados, la ciencia cubana puede alcanzar estándares de excelencia", reflexiona.  

   Con más de 10 publicaciones científicas, un libro y varios manuales técnicos en su haber y en colaboración con otras provincias, Osmany ha mantenido siempre un principio rector: la sabiduría de los campesinos es invaluable.

   Nuestro rol nunca ha sido imponer soluciones, sino complementar su experiencia ancestral con conocimiento científico, donde podamos también cambiar mentalidades, ver cómo las mujeres se empoderan, las familias se integran en estos procesos, eso es lo que realmente perdura, añadió el también máster en ciencias.

   Este enfoque colaborativo es el que ahora aplica en el actual Proyecto Fincas, una iniciativa que busca vincular la energía renovable a la producción agropecuaria de Guantánamo, para encaminar esas áreas campesinas a su independencia tanto energética como alimentaria.

   Para Osmany, el apoyo familiar es fundamental, y con visible emoción, cuenta cómo su hijo, médico de profesión, obtuvo premios y aplicó en su tesis los mismos principios de sostenibilidad que él promovió años atrás en las montañas con la reducción de gases contaminantes desde cocinas eficientes y lo hace sentir orgulloso.

    Sin embargo, no oculta su preocupación por un desafío mayor: el éxodo de profesionales, ya que destaca que han perdido equipos multidisciplinarios excepcionales, lo cual conlleva una baja profundidad y alcance en los proyectos.

   Ante este y otros desafíos, su mirada sigue siendo tan clara como aquel primer día en Catedes: "las limitaciones externas nunca han definido lo que podemos lograr, seguiremos en la creación y la innovación, en la búsqueda de soluciones, porque al final cada avance nuestro significa una vida mejor para alguien, y eso, más que cualquier reconocimiento, es lo que da verdadero sentido a nuestro trabajo".