Las Tunas, 20 jun (ACN) La captura y retención de carbono atmosférico permitió a la Empresa Agroforestal Las Tunas incrementar sus ingresos económicos por el manejo de este indicador en un área de mil hectáreas de bosques, como parte de las acciones del proyecto Incorporando consideraciones ambientales múltiples y sus implicaciones económicas en los paisajes, bosques y sectores productivos en Cuba (Ecovalor).
El experimento, que se desarrolló durante un año en la zona de Charco Largo, en el municipio de Puerto Padre, constituyó una novedad en la administración y conservación de las formaciones boscosas, con impacto financiero y climático, al reducir la emisión de dióxido de carbono.
Jorge Luis Padilla Carralero, director técnico y de desarrollo de la entidad, refirió que el proyecto busca crear herramientas para el análisis de los medios y servicios ambientales en ecosistemas múltiples, como una forma de beneficiar el medio ambiente y recaudar ingresos por esa acción.
A partir de la medición de los bosques, agregó el directivo, se inicia un período de manejo y preservación, con una metodología establecida y certificada por el Instituto de Investigaciones Agroforestales y se registra en un software como evidencia para contrastar los resultados en materia ambiental al año.
Todo está en dependencia del tipo de flora, del tamaño de las hojas y de su perdurabilidad en las diferentes estaciones; este primer momento permitió capacitar y crear las condiciones para futuras zonas en los ocho municipios de Las Tunas con buenas prácticas que generen espacios ecológicos y responda a la Estrategia de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, acotó Padilla Carralero.
Agroforestal Las Tunas administra cuatro áreas protegidas en suelo tunero de conjunto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; a la vez, labora en el plan de fomento de bosques con destino a cumplir los encargos estatales y el compromiso medioambiental del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida).
El proyecto Ecovalor, con financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, implementa el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en cinco provincias cubanas en un período de seis años a concluir en septiembre del presente calendario; una apuesta por la sostenibilidad financiera, la lucha contra la contaminación ambiental y el enfrentamiento al cambio climático.