La Habana, 30 oct (ACN) Ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, defendió el derecho de la nación caribeña a desarrollarse sin los efectos del bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos.
En su intervención, el canciller responsabilizó al país norteamericano de las severas consecuencias de la reciente desconexión del Sistema Electroenergético Nacional, originada por las dificultades para el suministro de combustibles, piezas de repuesto y financiamientos para el normal funcionamiento de las unidades de generación.
Señaló que las carencias que atraviesa Cuba en la actualidad son causadas por los efectos directos de las medidas extremas de guerra económica aplicadas por el gobierno estadounidense desde 2019, con la designación de la isla en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y la aplicación del Título Tercero de la Ley Helms-Burton.
Precisó que solo en el presente año, Estados Unidos sancionó a 53 buques y 27 compañías asociadas a los envíos de al archipiélago, y acotó que solo con 18 días de bloqueo bastaría para asegurar el mantenimiento a las termoeléctricas necesario para el vital funcionamiento de estas y el monto de los daños generados en cinco meses equivalen a todas las importaciones anuales de combustibles.
Destacó que los aspectos singulares y extraordinarios respecto al caso es el empeño deliberado de Estados Unidos de asfixiar la economía nacional y que ningún país, por robusta que sea su economía, podría encarar una agresión tan brutal, asimétrica y extendida en el tiempo sin un costo considerable en la calidad de vida de su población.
Rodríguez Parrilla ahondó en la ilegitimidad de las medidas coercitivas adicionales aplicadas a partir de la administración Trump, las cuales escalaron a niveles sin precedente en el contexto de la pandemia de la COVID-19 y que su sucesor, Joe Biden, ha mantenido intactas.
El canciller cubano denunció que cada día de vigencia de esa política cuesta al país más 14 millones de dólares, carga extrema a una economía insular y en vías de desarrollo como la de la mayor de las Antillas.
Más del 80 por ciento de la población cubana ha nacido bajo las condiciones del bloqueo y las nuevas generaciones son las más afectadas al no tener una perspectiva más allá y buscar realización a sus proyectos de vida fuera del país, lo cual separa dolorosamente a las familias, agregó.
Recalcó que solo en el sector de la salud con 15 días días sin bloqueo sería posible cubrir el cuadro básico de antibióticos y analgésicos, en solo un día se podría comprar la insulina necesaria para suplir el tratamiento anual a todos los diabéticos, nueve días de bloqueo impiden recaudar lo necesario para importar el material médico gastable y 15 minutos representa lo requerido para adquirir las prótesis para niños y adolescentes con discapacidades auditivas.
Enfatizó en el carácter calumnioso de incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, en agudo contraste a la tolerancia e indiferencia ante individuos y grupos que hoy organizan y financian en territorio norteamericano actividades violentas y terroristas contra Cuba.
Subrayó que esta decisión perjudica el esfuerzo internacional por luchar contra ese flagelo y se suman, con un peso extraordinario, a las limitaciones asociadas al bloqueo ya existente.
La permanencia de Cuba en la espuria lista pese al rechazo internacional confirma la carencia de argumentos morales y éticos para justificar la guerra que se nos impone, expresó.
Acerca de las recientes medidas anunciadas por el gobierno de Estados Unidos que en apariencia flexibilizan el cerco aseguró que las estas son estériles y engañosas, que no se encuentran en vigor y son impracticables, ya que las supuestas oportunidades ofrecidas tropiezan con trabas y regulaciones diseñadas para paralizar la economía cubana.
En su cúspide de cinismo, explicó, se propone responsabilizar al gobierno cubano de los impactos del bloqueo para fomentar los intentos subversivos, afines a sus propios intereses dirigidos a promover un cambio de régimen, el colapso económico y estallido social.
A pocos días de celebrarse las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, valoró que el candidato que resulte ganador tendrá la posibilidad de elegir entre continuar con esa política fallida o escuchar democráticamente a su propio pueblo y a la comunidad internacional y usar sus prerrogativas administrativas para un cambio de enfoque y reparar la grave injusticia que se comete contra los cubanos.
En ese hipotético, aseveró, encontrará la disposición de la Cuba al diálogo serio, responsable y constructivo para avanzar en la normalización de las relaciones desde el respeto mutuo.
No obstante, en el caso contrario, reafirmó que tras más de seis décadas de aplicación el bloqueo no podrá apagar la firme determinación del archipiélago y sus habitantes de defender su derecho soberano a construir un futuro propio y vivir en paz.