La Habana, 25 abr (ACN) Con el propósito de mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades cardiovasculares, en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular se desarrolla un proyecto investigativo de aplicación de biomarcadores en la práctica de ejercicios de rehabilitación.
Eduardo Rivas Estany, jefe del Departamento de Prevención y Rehabilitación del centro ubicado en la ciudad capitalina, explicó en exclusiva a la ACN que esta técnica de laboratorio para diagnosticar de forma precisa el infarto afecciones al corazón se está empleando con el fin de evaluar a personas que tras un infarto o una cardiopatía isquémica presentan cuadros de insuficiencia cardíaca.
Comentó el diseño de un plan de rehabilitación con ejercicios físicos y especificó como mediante estos sensores se mide la efectividad de los tratamientos y la ausencia de riesgo, con resultados satisfactorios en una primera etapa de prueba con varias docenas de convalecientes.
Sobre los principales logros de esta investigación, Rivas Estany ponderó la demostración de que las personas con afectaciones severas de la función cardiaca pueden hacer programas supervisados de actividad física para incrementar su capacidad de vida, por ende disminuir índices de mortalidad y elevar su bienestar, con el fomento de estilos saludables de alimentación.
El también presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología expresó el anhelo de ampliar estos estudios a un mayor número de población, a medida que se adquieran los biomarcadores cardíacos y se generalice su uso en el país mediante convenios con la firma Roche, productora de esta tecnología.
Manifestó la prioridad de reducir los elevados índices de enfermedades cardiovasculares en Cuba, primera causa de muerte en la nación caribeña , mediante el Programa Nacional de Prevención para hacer frente a los factores de riesgos de su aparición y desarrollo como el no control de la hipertensión arterial, la diabetes, colesterol alto, obesidad, tabaquismo y sedentarismo.
Consideró importante educar a la población en la adquisición de mejores hábitos nutritivos, con la promoción de ingerir comidas con bajos niveles de grasa y sodio, la práctica sistemática de ejercicios y el desarrollo de la medicina primaria con el entrenamiento de todos los médicos de la familia y las instituciones secundarias y terciarias de la salud para la prevención y el diagnóstico oportuno, sumado a la necesidad de que los ciudadanos asistan de forma rápida a la atención médica ante cualquier síntoma.