Doctora Amary Yumar Díaz, una "veladora" fiel de la vida

Compartir

ACN - Cuba
Oscar Alfonso Sosa | Foto del autor
240
23 Agosto 2024

Sancti Spíritus, 23 ago (ACN) Un silencio cómplice acompaña a la doctora Amary Yumar Díaz mientras sus manos desplazan con destreza el equipo de ultrasonido doppler por el pecho del recién nacido y la vista escruta cada detalle, en busca de la más mínima incidencia del sistema cardiovascular, un proceder que se repite una y otra vez en el hospital Camilo Cienfuegos, de esta ciudad.

   Es una práctica habitual para la especialista de segundo grado en Neonatología y líder del seguimiento ultrasonográfico desde el punto de vista funcional del recién nacido (POCUS por sus siglas en Inglés) en este centro, institución pionera en usar estos procederes en Cuba.

   Hace unas dos décadas se realizan estos exámenes en el mundo, dijo a la ACN, y por sus ventajas decidimos comenzar a hacerlo aquí, lo que implica siempre un reto, pues empezamos a caminar en un escenario nuevo y ello nos obliga a una preparación permanente, a estudiar las experiencias de otros países y a actualizar cada detalle.

   Poder ver cuánto sucede orgánicamente en el pequeño nos da muchas posibilidades, sobre todo, valoraciones más precisas, una mejor conducta a partir de una mayor referencia e información del padecimiento, destacó la galena quien insistió en que esto NO sustituye al examen físico, sino que lo complementa con elementos muy precisos.

   Incluso, aclaró, este proceder nos ha permitido usar con más eficacia las dosis de los medicamentos y evitar otras complicaciones y un seguimiento más exacto de las patologías.

   La vista de Amary apenas se desprende del monitor, donde la imagen deja ver cómo funciona el corazón del recién nacido; una sonrisa aflora en el rostro de la doctora lo cual revela una evolución favorable en el paciente.

   A la Cardiología llegué por un padecimiento crónico de mi papá, quien estuvo hospitalizado en el conocido Cardiocentro de la ciudad de Santa Clara y su estancia allí, más las distinciones del servicio de esa institución, fueron motivos suficientes para integrarme a esta experiencia, tras haberme graduado como neonatóloga en 2009, acotó.

   De hablar pausado pero seguro, de verbo inteligente, Yumar Díaz revela una ternura distintiva cuando refiere cómo su colectivo ha sido imprescindible en su superación y en el progreso del seguimiento ultrasonográfico de los bebés.

   Es como si te acercaras más a los padecimientos de esos niños y a la lógica preocupación de los padres, añadió, ser madre te regala fuerzas, confianza y, a la vez, te conviertes de cierta manera en una consejera de ellos.

   En el servicio somos defensores de que si queremos solucionar problemas tenemos que hacer cosas diferentes, recurrir a una medicina de alto impacto, y el tiempo nos ha dado la razón, significó, aquí compartimos lo aprendido, nuestra experiencia con personal de otras instituciones del país e, incluso, con residentes extranjeros.

   Nunca dejamos de investigar, sostenemos contactos con especialistas foráneos y estamos atentos a todo lo que sucede en el mundo del POCUS, destacó, y, definitivamente, los latidos del corazón me atraparon.

   Siento satisfacción por cuanto hago y por pertenecer a un colectivo dedicado, solidario, responsable, muy competente y extremadamente humano, y cuando cada tarde retomo el camino de regreso a mi hogar, lo hago más convencida de que unidos seguiremos luchando para que los latidos de la alegría inunden a las familias.